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Tribuna:LA CRÓNICA
Tribuna
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La letra sonora ISABEL OLESTI

La otra tarde, cruzando el barrio de la Ribera, me quedé encantada delante de un escaparate donde había objetos de cerámica, de orfebrería, alfombras, babuchas, libros... La tienda se llama Baraka y en aquel momento estaba llena de gente que contemplaba una exposición de caligrafía árabe mientras sorbía té con menta. Me sumé a ellos y fue como cambiar de decorado, de país: parecía que me encontraba en una de esas tiendas de cualquier medina marroquí. En la trastienda, de baldosas blancas y paredes encaladas de azul, Roger preparaba la tetera. Se oía una música árabe y se respiraba el aroma del té y la menta.Roger Casas y Daniel Sorribas son dos enamorados de Marruecos. Hace dos años abrieron Baraka en la calle de Canvis Vells: saben lo que venden y les gusta explicar de dónde procede y cómo está elaborado. Conscientes de la visión parcial e interesada que a menudo se nos ofrece, quieren mostrar la cultura y la manera de vivir y de hacer de aquel país. Además de artesanía, libros y música, Baraka ofrece actividades relacionadas con la cultura marroquí: en estos dos años ya llevan cuatro ciclos de conferencias y cinco exposiciones. La que vi aquella tarde estará expuesta hasta el 25 de mayo y se titula La lletra sonora, una serie de caligrafía árabe de Carlos -o Jalil, el nombre que adquirió al profesar la religión musulmana- Bárcena.

Jalil es un periodista y filólogo árabe nacido en Cantabria, pero afincado en Barcelona desde hace unos 15 años. Jalil cuenta que en Santander aprendió a conocer el color verde, pero leyendo al poeta Rumí, al filólogo Ibh Arabí y más tarde viajando a Siria, la India, Turquía... llegó al sufismo y conoció la profundidad y la estética del arte árabe. Ahora es el director del Instituto de Estudios Sufíes de Barcelona, donde se practica la mística sufí, se enseña árabe y se dan clases de canto tradicional iraní. "La caligrafía árabe no es un arte decorativo, sino una pieza más del mosaico más amplio del sufismo", dice Jalil. Antes de dibujar siempre toca la flauta de caña o cierra los ojos para buscar esa mirada interna, esa búsqueda personal. "Si no se cultiva el gusto por la interiorización no se puede hacer caligrafía". Jalil la compara a la música porque, al igual que la caligrafía china o japonesa, se hace al compás de tu propia respiración, con los espacios tensos y los vacíos. "La respiración es la música interna". Por esto un profesor que tuvo en Alepo -Siria- se quedó un poco confuso cuando Jalil le regaló un rotring. "¿Y cómo se respira con esto?", preguntó el profesor. Y es que la herramienta clave para un calígrafo es el galam, una pluma hecha de caña que permite el espacio de tiempo de impregnar la tinta, cosa que no ocurre con el rotring, de trazo continuo.

La caligrafía expuesta muestra 15 obras de diversos estilos que van del farsi al zulzi. La lengua farsi -o persa- es llamada "lengua del paraíso" porque es la más delicada y la que mejor expresa la belleza. "Es de trazo muy sinuoso", comenta Jalil, y apostilla que le gusta poco el Eixample de Barcelona porque todo son líneas rectas. "La cuadrícula es nefasta. La curva da vitalidad".

Para orientar al visitante profano, cada obra queda explicada en un papel informativo. En la primera caligrafía vemos una sucesión encadenada de la partícula negativa la, que significa 'no' y que hace referencia al principio básico del sufismo, el tauhid: todo es relativo excepto el Absoluto. En otra obra, la palabra Allah -'Dios'- queda dibujada como la falda desplegada de un derviche girando sobre sí mismo. En otras la caligrafía evoca la forma de un casquete de derviche o de una alfombra de oración.

El tiempo se nos ha ido aquí, sentados en esta trastienda azul. A través del escaparate se ve la calle: unas pinceladas de sol tiñen de luz el barrio de la Ribera. Podría estar en Tánger -¡qué más quisiera yo!-, pero debo contentarme con sentir el perfume de las hojas de menta que Roger y David tienen a punto para su té. Si alguien quiere darle más vueltas a la caligrafía y el sufismo, Jalil Bárcena dará una conferencia el jueves día 25 a las 20.00 en el Instituto de Estudios Sufíes.

Joan Guerrero
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