Dos javerianos españoles optan por permanecer en el país

La inestabilidad que se vive en Sierra Leona ha obligado a tomar medidas de precaución a la comunidad de los misioneros javerianos que trabajan en este país. El español Luis Pérez, que en enero de 1999 fue secuestrado por el Frente Revolucionario Unido (RUF) durante su última ofensiva sobre la ciudad, abandonó el domingo su residencia en el barrio de Kissy, en el extrarradio de la capital, trasladándose a la vecina Guinea Conackry.La comunidad de los javerianos ha optado por recortar su personal no indespensable en espera de acontecimientos. Otros dos de los misioneros javerianos españoles presentes en Sierra Leona desde hace varios años, Chema Caballero y José Ángel Aguirre, han optado por permanecer. Caballero se halla en Lakka, en la costa, y Aguirre en el interior, en un área bajo control del RUF.Aunque no se tiene contacto por radio con ellos, las últimas noticias de las que se dispone es que se encuentran bien.

Caballero y Aguirre, que junto a los javerianos italianos dirigen un centro de reeducación de niños guerrilleros, han estimado que su salida en estos momentos perjudicaría gravemente el programa de recuperación de los chicos.

Estos niños soldados, muchos de ellos menores de 15 años, combatieron obligados en las filas de RUF. Sus biografías son espeluznantes: han matado y violado.

Fuentes religiosas consultadas por este periódico aseguran que, por el momento, el RUF sólo parece tener intención de ocupar terreno, pero que no está empleando las mismas tácticas de terror de hace unos meses. "No tenemos noticias de amputaciones de manos", dijo la fuente.

Luis Pérez, junto a cinco padres javerianos italianos, fue secuestrado por el RUF en 1999. Todos lograron escapar en un descuido de sus captores cuando éstos trataban de cambiarles de casa. Una monja de la orden de las Hermanas de la Caridad, que no pudo huir, fue asesinada por los guerrilleros.