'Rojos', ombligos y culos

Mientras los nuevos ministros empiezan a ejercer en pleno glamour preestival, Conxa me bombardea con diversos mails en los que me presiona con sus principales, y acuciantes, interrogantes de esta semana: "¿Rojos en el Gobierno de José María Aznar?", "¿este verano, las chicas enseñarán el culo o el ombligo?", "¿preparo la web de la solidaridad global con Nasdaq y monto mi propia empresa en Internet?". Temas sobrecogedores, le digo cuando la llamo a su despacho de ejecutiva júnior. Está que echa humo. "Me ha vuelto a tocar hacer inventario; pero ahora es peor: estoy inventariando nuestro dominio en la red. ¡Me lo han encargado con la excusa de que soy innovadora y sé estructurar! ¡A veces me gustaría ser una inútil! Por ello hoy estoy decidida a montar mi propia empresa por Internet: ¡ser libre como el viento!, ¡y sin gastar un duro! Nasdaq me explicará todos los trucos...". Nasdaq es un nuevo amigo de Conxa, egipcio-madrileño, publicitario especialista en eslóganes para parques de atracciones y guapísimo, según ella. "Nasdaq quiere que me independice. Que asesore on line, que ejecute on line, que invente on line. Me asegura el negocio, conquistando el mundo. Y me provoca, además de hacerme latir el corazón, con la posibilidad de ser socios en la web de la solidaridad global, sólo para pobres que se consideran espiritualmente ricos... No sé si me explico. Pobres que no tienen un duro, ni Visa, pero sí una amplia cuenta corriente de amor, de deseos, de paz, de buena voluntad, y la regalan a través de la red. Nosotros intermediamos entre ellos y los ricos, ricos materialmente hablando, pero secos de vida interior. En realidad es un negocio de intercambio entre la materia y el espíritu: fundraising por soulraising. Lo estoy pensando".No pude evitar un comentario malvado y mordaz: "Pareces el Papa", le dije, ahora convertido en el primer sindicalista del planeta. Conxa no sabía que el 1 de mayo los sindicatos italianos, en vez de manifestarse, habían ido a rezar con el Papa. La idea, claro, le gustó mucho. "Se lo diré a mi madre, que está preocupadísima con que Aznar haya fichado a cuatro rojos para el Gobierno. Para ella es como si el mundo se le hubiera vuelto del revés. 'Luchábamos por el poder¡', me dijo, '¡ahora algunos seguimos luchando y otros se quedan el poder!'. Aunque a ella no se lo digo, mi madre es una antigua. No sé por qué no se puede ser progre y de derechas, o nacionalista global, o individualista solidario, o intolerantemente tolerante... El mundo es hoy, simplemente, progre y de derechas. Ambas cosas a la vez".

"Estás", le dije, "por la apertura cerrada". Y respondió: "Claro. Pero hay límites: un círculo nunca será cuadrado. Y, por ejemplo, yo nunca veré un ombligo como si fuera un culo o un culo como si fuera un ombligo, por más que se empeñen las revistas". Y cambió de tercio: "¿Crees que es más sexy enseñar el ombligo o el culo? Este verano las chicas, para no ser consideradas del género sub, no tenemos más remedio que enseñar una cosa u otra. Por primera vez me he mirado el ombligo: está bastante guapo, creo que optaré por él. El culo no consigo vérmelo bien y, en un especial culos que acabo de comprarme, veo que da muchísimo trabajo: celulitis, lifting, exfoliación, drenaje, hidratación... ¿Recuerdas a Crispita? (mi amiga de toda la vida, ligona, con look de Rociíto y detective comercial); ella dice que enseñar el culo es muy animal, muy felino y sexy. El ombligo es más romántico... práctico y simbólico: es global y local, individual pero común y democrático... ¿Estás ahí?, ¿por qué estás muda?". Puro ombliguismo planetario, soledad compartida, culo y témporas juntos: la nueva época de Conxa. (Continuará)

Resumen de lo publicado: la historia de Conxa, barcelonesa de padre madrileño y madre catalana, ejecutiva y creativa publicitaria de identidad camaleónica, es el hilo conductor de una inacabable investigación sobre el treintañerismo en la España de Aznar. Una generación de zéligs sin etiquetas, oportunistas y realistas, contemporizadores astutos, flexibles supervivientes y genios por descubrir.