El futuro de Villalonga y la "vigilancia" de Economía

El fracaso de la fusión con KPN pone en el alero el futuro de Juan Villalonga, aunque no sea la primera vez que el presidente de Telefónica tiene al Gobierno en contra. Pero en esta ocasión, a esa oposición se han sumado los bancos presentes en el capital de la operadora, que hasta ahora no se habían opuesto abiertamente al presidente de la primera empresa española.La sombra gubernamental planea en la "vigilancia especial" impuesta por Economía. Así lo ha reconocido el departamento.Rato no quiere sorpresas. Y lo de KPN es una prueba. El día 24, por ejemplo, anunció la apertura de un expediente sancionador a Telefónica por su alianza con el BBVA para desarrollar comercio electrónico, Internet, telefonía móvil y medios de comunicación. El expediente se debe a que ese acuerdo puede suponer un dominio sobre infraestructuras básicas que, a la postre "podría afectar las condiciones futuras de competencia".

Como un elemento añadido a esa estrecha vigilancia, se puede considerar la designación de la ex directora general de Retevisión, Anna Birulés, como ministra de Ciencia y Tecnología, un departamento que tendrá competencias sobre el sector de las telecomunicaciones y, por tanto, influencia directa sobre el marco en el que Telefónica desarrolla su actividad. En este contexto, la ruptura de negociaciones con KPN introduce más incógnitas.

Fuentes de la operadora sostienen, no obstante, que Villalonga se encuentra sólido al frente de la compañía y que no se plantea abandonarla. "A trabajar", aseguran esas fuentes. "Las cosas van muy bien y vamos a seguir en todos los frentes, que son muchos".

Relaciones con el BBVA

Y en parte de esos frentes, Telefónica va acompañada del BBVA y, en menor medida, de La Caixa. Cabe preguntarse cuáles serán las relaciones con el banco, con el que la compañía firmó una seria alianza estratégica basada en inversiones en Internet y otros negocios.

La intención es continuar. "No tiene nada que ver", "no se va a resquebrajar", aseguran por uno y otro lado. "El banco dijo que iba a tener una participación activa en la industria y lo está demostrando: nos opusimos a que Iberdrola hiciera una alianza con Florida Power porque no nos parecía apropiada y lo hemos hecho ahora por lo mismo", subrayan en el BBVA, que tuvo que presentar un plan de desinversiones para que el Gobierno aprobara su alianza con Telefónica antes del día 3 de mayo.

Que ha habido marejada política, nadie lo duda. Pero el banco mantiene que no quería dejar de ser primer accionista (10%), que quería que en el canje Telefónica tuviera más del 62% y que KPN tiene alianzas con competidoras como Qwest y Bell South.

Al cabo, "los condicionantes políticos han impedido la operación; en todo caso son temas que tiene que resolver el Gobierno si quiere tener grandes multinacionales", aseguran molestos en Telefónica.