Tres bailaoras, tres estilos

Tres bailaoras de distintas generaciones. Distintos estilos también. Nos ofrecieron, casi, una panorámica del baile de mujer actual.De entrada nos sorprendió una Salvaora que nos hizo pensar en otros tiempos. Jerezana ella también, María del Mar Moreno, con el piano de José Zarzana y el cante de Antonio Malena. Un grandísimo cantaor, que sin embargo en estos menesteres no tiene la magia de aquel inolvidable Caracol. María del Mar Moreno le puso mucho corazón, aunque el resultado global fue un tanto premioso.

Después siguiriyas y romances. Las primeras muy clásicas, casi diría que convencionales, directas, sin adornos innecesarios. Los romances dieron oportunidad a la bailaora para lograr sus momentos más bellos y mostrarnos una gran versatilidad interpretativa.

El romance, en compás de soleá o de bulerías, también llamado corrido, corrida o carrerilla, es un estilo que Mairena sacó casi del olvido y que debemos situar cronológicamente en los tiempos primitivos de lo jondo. María del Mar Moreno hizo una versión tremendamente atractiva, que exigía mucho de la bailaora a la vez que le permitía recrearse en múltiples facetas del baile.

La granadina Beatriz Martín hizo siguiriyas y soleares. Mucho más cerebral, a veces puede parecernos incluso fría y distante, pero es bailaora segura, que desarrolla sus bailes con determinación. Esto no quiere decir que su baile sea mimético y rutinario. Bien al contrario, Beatriz Martín hace un baile con soluciones muy personales a situaciones que no siempre tienen fácil salida.

Y Manuela Carrasco, quien no ofreció muchas novedades. Su soleá fue la de siempre, con nervio, con una entrega casi salvaje al compás. En eso no hay ninguna otra como ella. La participación de cinco bailaores de su espectáculo fue excesiva, con lo que la sesión se alargó demasiado.