El Liceo abrirá su temporada con una ópera de La Fura dels Baus El teatro lírico barcelonés aumenta su programación para consolidarse

En su segundo año, el nuevo Teatro del Liceo de Barcelona se dispone a consolidarse y alcanzar velocidad de crucero tras una primera temporada de rodaje y adaptación al edificio. Con un total de 10 óperas, dos más que el primer año, cuatro ballets, seis conciertos y nueve recitales, el Liceo apuesta por un nuevo concepto de ópera inaugurando el 2 de octubre su temporada 2000-2001 con D. Q., una obra creada por La Fura dels Baus y a partir de cuyo concepto dramatúrgico José Luis Turina ha compuesto la música.

"Con el aumento de 8 a 10 óperas, y pasando de 105 a 11 funciones, el Liceo retoma el ritmo de la temporada 1993-1994, en la que el teatro se quemó. A partir de aquí debemos incrementar en el futuro y, paso a paso, nuestra oferta. Ésta tiene que ser la temporada de la consolidación", dijo ayer Aurora Sanz, secretaria general del departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña, que, tras el cese, el 10 de enero pasado, de Josep Caminal como director general, asume provisionalmente la responsabilidad del teatro hasta que se nombre al nuevo director. La temporada operística del Liceo para 2000-2001 se sustenta, en palabras de Joan Matabosch, director artístico del coliseo lírico barcelonés, en cuatro bases: "El repertorio tradicional; el repertorio clásico, poco habitual en las programaciones; la ópera del siglo XX, y las obras de nueva creación". Es justamente con una ópera nueva, firmada por La Fura dels Baus y titulada D. Q. Don Quijote en Barcelona, con la que el teatro inaugura su temporada, que se desarrollará desde el 2 de octubre próximo hasta el 15 de julio del año 2001.

Innovar

La obra, según explicó ayer Matabosch, rompe los esquemas de la ópera tradicional con la voluntad de innovar en el género. "La idea es original de La Fura dels Baus y se ha trabajado al revés. La Fura concibió primero la dramaturgia y puesta en escena de la ópera, después encargó a Justo Navarro el libreto y finalmente pidió a José Luis Turina la composición de la partitura". El director artístico negó que la música fuera en la obra un elemento secundario. "Es cierto que la ópera no parte de la música, pero ésta es fundamental", aseguró.

Del repertorio tradicional, el Liceo ha programado para la próxima temporada cuatro títulos: Aida y Un ballo in maschera, ambas de Verdi, con las que el teatro conmemora el centenario de su muerte; La flauta mágica, de Mozart, y Sansón y Dalila, de Saint-Saëns. Para Aida, el Liceo recuperará una producción con telones pintados estrenada en el teatro en la década de los cuarenta, del escenógrafo Josep Mestres Cabanes (1898-1990), que se ha restaurado y cuya dirección de escena se ha encomendado a José Antonio Gutiérrez. Un ballo in maschera significará el debú en el Liceo como director de escena de Calixto Bieito, que ha concebido una producción que traslada la acción a nuestros días y la sitúa en un hemiciclo parlamentario.

Carreras y Ronconi

De La flauta mágica se repondrá la producción de Comediants estrenada la pasada temporada. Sanson y Dalila, protagonizada por la mezzosoprano Markella Hatsiano, tendrá como estrellas del reparto al tenor José Carreras y al bajo-barítono Simo Estes, y la dirección de escena correrá a cargo de Luca Ronconi.

La ópera del siglo XX estará representada por La mujer sin sombra, de Richard Strauss, con Eva Marton y Susan Antohony en el reparto, dirección musical de Peter Schneider y escénica de Andreas Homoki, y Billy Budd, de Britten, que dirigirá musicalmente Antoni Ros Marbà, y escénicamente, Willy Decher, y con Philip Lanridge y Bo Skovhus en el reparto.

Los títulos clásicos poco habituales en el reparto son: I puritano, de Bellini, con Edita Gruberova y Josep Bross; Rienzi, de Wagner, que se ofrecerá en versión de concierto, y Julio César, de Händel, en una versión del director de escena Herbert Wernicke y con Ann Murray y Ángeles Blancas en el reparto.

El apartado de danza llevará al Liceo al Ballet de Zúrich, la Compañía Nacional de Danza, el Ballet Maurice Béjart y el de Víctor Ullate.