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Las páginas de la solidaridad

Anabel, una niña de siete años, se desprendió ayer, sin mucha tristeza, de El hada acatarrada, su cuento favorito. Tras leerlo una y otra vez, decidió llevarlo a la Puerta del Sol, el lugar donde la Comunidad puso en marcha una jornada solidaria para recoger libros destinados a llenar las bibliotecas venezolanas, devastadas por las inundaciones del año pasado.Anabel no sabe lo que ocurrió en aquel país. Apenas alcanza a imaginar, por boca de su madre, que "allí hay niños pobres". Y por eso no tuvo reparo en desprenderse, además, de Leo y Musa y de Los Dino, "uno que trata de dinosaurios". "Ella le tiene mucho cariño a esos libros, pero aun así quiso regalarlos a otros niños como ella", comentó, orgullosa, Pilar, la abuela de Anabel.

Entre montones de libros donados por los madrileños aparecían títulos como la antigua enciclopedia de El mundo de los niños, de Salvat; El príncipe y el mendigo o La santa Biblia.

Y no faltaron las enciclopedias de la salud, los libros de historia de la pintura y de España y hasta El triángulo de las Bermudas y el Diario de Rusia.

"Todos los libros que he traído son muy interesantes", contó Manuel, un hombre que decidió regalar a las bibliotecas venezolanas un curso completo de contabilidad.

Las previsiones de lo que sería la jornada Pon tu libro en Venezuela se quedaron cortas. Desde las diez de la mañana, la Puerta del Sol era un mar de gentes con una bolsa de libros colgando en cada mano. Tan sólo a la una de la tarde, el director general de Promoción Cultural, Manuel Aguilar, calculaba que ya se habían recogido unos 30.000 volúmenes. Al final del día esperaba que la cifra superara los 100.000, aunque fuentes de la Comunidad informaron a las diez de la noche que ya se habían recogido más de 200.000. Fue tanta la gente que se reunió en la Puerta del Sol que muchos incluso tuvieron que hacer de voluntarios y ayudar a recoger los libros.

El día solidario con Venezuela coincidió con la tradicional celebración del Dos de Mayo. Por eso, los alrededores de la sede del Gobierno regional eran una fiesta. Algunas personas aprovecharon para observar los actos programados, como el desfile militar en homenaje a los héroes de la ya mítica fecha de 1808. O el paso de unos enormes dragones de papel, una araña gigante, una libélula y unas mariposas manejadas a pedal por los miembros de una compañía de teatro.

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Después de recoger los libros, el procedimiento a seguir es ordenarlos y clasificarlos. Para ello, la Comunidad espera contar con voluntarios que quieran dedicarse a este trabajo al menos tres horas a la semana. La tarea, calcula la Consejería de Cultura, concluirá en 10 días. Un centro cultural en Venezuela se encargará de recibir el material y de repartirlo por las bibliotecas de las zonas más afectadas de ese país.

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