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EL PRIMERO DE MAYO

ELA y LAB creen que de Madrid sólo se puede esperar "agresiones políticas y resignación sindical"

En un Primero de Mayo con propuestas similares, pero dividido y cargado de política, los sindicatos nacionalistas pidieron ayer al Gobierno vasco una "construcción nacional" en clave social y advirtieron de que sólo con un marco vasco de relaciones laborales se puede conseguir algo, ya que de "Madrid no se puede esperar más que agresiones del poder político y resignación y renuncia del sindicalismo". Frente a esta posición, UGT, CC OO y USO defendieron el "mestizaje" y la "inmigración" y pidieron para Euskadi la libertad de la que disfrutan otras comunidades autónomas.

Vitoria, San Sebastián y Bilbao, pero sobre todo esta última ciudad, celebraron en una jornada calurosa y en la calle el Día Internacional del Trabajo. Marcados por la política y fraccionados en facciones marcharon por la capital vizcaína todas las fuerzas sindicales vascas, de las cuatro principales (ELA, CC OO, LAB y UGT) a las minoritarias (CGT, USO, HIRU,...) La Gran Vía bilbaína parecía un río de miles de personas, banderas y pancartas pidiendo el trabajo justo, las 35 horas, el salario social,... Pero nadie se movía de su grupo. Las manifestaciones concluyeron en El Arenal.Primero una pancarta conjunta de CC OO, UGT y USO; a continuación las tres manifestaciones de cada uno de estos dos sindicatos. Juntos, pero separados. Tras el bloque no nacionalista desfilaban las fuerzas no alineadas ni con unos ni con otros (IU-EB, CGT, CNT, Asamblea de Mujeres de Vizcaya y Asamblea de Parados). Tras éstos la concentración unitaria de los sindicatos nacionalistas (ELA, LAB, STEE-EILAS, EHNE, ESK e HIRU). El bloque no nacionalista celebró también manifestaciones en las otras dos capitales.

El secretario general de ELA, José Elorrieta, manifestó que el sindicalismo vasco "tiene motivos para el optimismo" debido al trabajo de los últimos años, en los que se ha "logrado implantar reivindicaciones como la reducción de la jornada, la estabilización de los contratos de trabajo y los incrementos salariales". A su juicio, el Primero de Mayo de este año "marca un punto de inflexión en el que el sindicalismo vasco está en una fase mucho más ofensiva en las empresas", aunque señaló la necesidad de "ser más exigentes" para "seguir siendo eficaces".

Advertencia

Tras la arenga sindical, Elorrieta entró de lleno en la "construcción nacional" y lanzó, como ya empieza a ser habitual, una advertencia al Gobierno de Vitoria sobre cómo se debe construir Euskal Herria. El líder sindical dijo que no se puede obviar a la mayoría sindical y adoptar políticas neoliberales en la "construcción nacional".

La línea política también marco el discurso de Rafael Díez Usabiaga, secretario general de LAB, quien previno contra los "tambores de guerra que anuncian una reforma laboral desde Madrid, de la que sólo cabe esperar políticas ofensivas". Díez señaló que es "necesario que la construcción social vaya pareja a la construcción nacional" y manifestó que la "voluntad política de Euskal Herria no puede ser secuestrada".

Los discursos de las fuerzas no nacionalistas sin construcción nacional sí estuvieron marcados por la situación política del País Vasco. Carlos Trevilla, secretario general de la UGT vasca, dijo que el Primero de Mayo debe representar la lucha por la libertad y la igualdad. Trevilla lamentó que en Euskadi, por culpa de las amenazas, la extorsión y los muertos se esté aún luchando por la libertad de la que ya disfrutan otras comunidades autónomas.

Tanto Trevilla como el secretario vasco de CC OO, Santiago Bengoa, criticaron la xenofobia y reclamaron el "mestizaje". "Decir que el inmigrante es un obstáculo a la inmigración es un insulto a la democracia y la libertad", puntualizó Trevilla. Bengoa, quien pidió a ETA que "deje de repartir bonus malus entre los partidos políticos y que desaparezca", calificó de "abominables las reiteradas referencias racistas a inmigrantes como las de Arzalluz" y anunció que los sindicatos van a ser muy exigentes en la lucha contra la siniestralidad laboral. En esta línea política hizo un llamamiento para que los partidos políticos recuperen la unidad frente a ETA.

Contra "el frentismo"

Comisiones y UGT llamaron a ELA y LAB a "abandonar la política de frentismo sindical" en favor de la unidad sindical. Según Trevilla, "excluir para avanzar es debilitar la acción sindical, es colocar a la comunidad nacionalista por encima de la comunidad de intereses de clase".

En San Sebastián, cerca de un millar de personas participó en la manifestación convocada por los sindicatos no nacionalistas, que partió de Alderdi Eder y finalizó en el Boulevard con un mitin y en la que participaron representantes del PSE-EE y de Izquierda Unida.

En Vitoria, más de mil personas se sumaron a la convocatoria de Comisiones Obreras y UGT. Al término de la manifestación, los dirigentes de estas dos centrales tuvieron palabras de recuerdo para el dirigente socialista Fernando Buesa, asesinado por ETA.

El Arenal bilbaíno reunió al mismo tiempo a las dos manifestaciones

Los turistas y paseantes sin pegatina sindical que cruzaron ayer el Arenal bilbaíno hacia la una de la tarde no salían de su estupor. Dos sistemas de megafonía, dos tribunas y dos líderes sindicales lanzando sus consignas al viento frente a dos grupos que se resistían a juntarse, separados por la valla que rodea los jardines del Arenal. A un lado, los no nacionalistas (UGT, CC OO y USO) y al otro, los nacionalistas (ELA, LAB, ESK, STEE-EILAS, EHNE e HIRU). Mientras el secretario general de la UGT vasca, Carlos Trevilla, pedía libertad, en la tribuna nacionalista se oían los cantos de una bertsolari. Era la imagen de la división.Una división que tuvo su reflejo entre los políticos que acudieron a la cita. Los socialistas Txiki Benegas, presidente del PSE-EE; su secretario general, Nicolás Redondo, y el portavoz parlamentario, Rodolfo Ares, acudieron con UGT. A poca distancia se encontraba el coordinador general de IU-EB, Javier Madrazo, quien acudió a la cita tras la pancarta de su propia formación.

Entre las filas nacionalistas, la presencia más destacada fue la de miembros de la Mesa Nacional de Herri Batasuna; entre todos ellos la más significativa fue la de Arnaldo Otegi, portavoz de Euskal Herritarrok, quien se rió abiertamente junto a sus compañeros cuando al secretario general de ELA, José Elorrieta, se le trabó la lengua al gritar al final de su arenga los preceptivos goras. Otegi hizo una defensa del socialismo vasco como un sistema más "ético, humano y racional" frente al capitalismo y el neoliberalismo.

La Internacional

Las dos concentraciones finalizaron puño en alto con el canto de La Internacional. Los no nacionalistas, con una orquesta de fondo, optaron por la versión en castellano y demostraron el conocimiento de su letra y de la música. Sus rivales de las centrales nacionalistas no tuvieron tanta fortuna. Su versión en euskera no fue acompañada más que por un suave rumor y un ligero movimiento de boca, cosa que no pasó con su canción de cierre, el Eusko Gudariak, que conectó mejor con el público asistente.

Además del color e imagen que daba la propia división sindical, los otros datos curiosos del día los aportaron los minoritarios, los que no quisieron circular en los bloques. Tras un pancarta que decía Primero de Mayo otro engaño. Abajo el trabajo, cuatro personas negaban el propio trabajo, al que tildaban de "esclavitud".

Frente esta reivindicación casi festiva en favor del tiempo libre, hubo un acto que requirió la presencia de la Ertzaintza. Varios individuos arrojaron huevos con pintura roja contra la Delegación de Trabajo en Bilbao y realizaron pintadas con lemas como "Contra la patronal, acción directa", "patronal asesina" y lanzaron pegatinas contrarias a las empresas de trabajo temporal.

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