_
_
_
_

El autor del ataque racista en EE UU es un abogado que atendía a inmigrantes

Baumhammers acribilló a una judía, un indio, un chino, un vietnamita y un negro

A tenor de su comportamiento criminal, Richard Baumhammers odia a todos los inmigrantes en Estados Unidos que no sean blancos. Baumhammers, hijo de inmigrantes letones y abogado especialista en inmigración, permanecía ayer detenido en una comisaría de Pittsburgh (Pennsylvania) como presunto autor de la muerte por disparos de cinco personas y de las heridas causadas a otras seis, todas ellas de origen chino, indio, vietnamita, africano y judío. Esta carnicería, ocurrida en la noche del viernes, es el mayor suceso de tinte racista en EE UU en el año 2000.

El FBI, las organizaciones de derechos civiles y las minorías étnicas y culturales de EE UU temen que la transición al nuevo milenio desate la llamada Guerra Racial Santa predicada por las organizaciones partidarias de la supremacía blanca. En sus reuniones, panfletos y páginas de Internet, grupos como la Nación Aria, además de proponer la acumulación de armas y explosivos, ensalzan como "actos heroicos" acciones criminales individuales como la emprendida el pasado agosto por el neonazi Buford O'Neal Furrow, que asaltó a tiros una guardería judía de Los Ángeles y luego mató a un cartero de origen filipino.Baumhammers, un hombre alto y grueso de 34 años, hijo de inmigrantes letones, se comportó el viernes como Furrow. Sin otro motivo que la furia racista, Baumhammers comenzó matando a una vecina judía de 63 años. Luego, a bordo de su vehículo todoterreno, se desplazó, de modo consecutivo, a un ultramarinos indio, un restaurante chino, un gimnasio de kárate y dos sinagogas. Fue de un lugar a otro disparando y sembrando el miedo y la muerte. Su peripecia criminal duró una hora y media, hasta que fue detenido, y dejó un balance de 5 muertos y 6 heridos por arma de fuego, uno de ellos en situación muy grave.

A sangre fría

Los testigos de la peripecia de Baumhammers, que, paradójicamente, es un abogado especializado en cuestiones de inmigración, describen su comportamiento como de extraordinaria sangre fría. Entraba en los lugares, abría su chaquetón deportivo, sacaba una pistola de una sobaquera, disparaba unas cuantas veces, colocaba un nuevo cargador y luego regresaba a su coche con toda calma. Pero rubricó ideológicamente su comportamiento en sus dos últimos asaltos, que tuvieron como escenarios las sinagogas Ahavath Achim y Beth El. Allí, siempre calmosamente, pintó en las paredes con aerosol cruces gamadas y la palabra judío.

Las víctimas mortales fueron la vecina judía, un hombre originario de India, otro de origen chino, un varón vietnamita y un joven afroamericano que practicaba kárate en el gimnasio asaltado por Baunmhammers. El herido grave es de origen indio. "Estamos frente a unos crímenes motivados por el odio racial", declaró ayer, subrayando lo obvio, Paul Wolf, jefe de las fuerzas policiales que detuvieron a Baumhammers. El suceso de Pittsburgh es la mayor matanza protagonizada este año por un ultraderechista blanco en EEUU, pero no el primer suceso violento de tipo racista. El pasado marzo, en la misma ciudad de Pennsylvania, un joven negro mató consecutivamente a tiros a tres blancos. Para no calentar los ánimos, las autoridades y los medios de comunicación prefirieron minimizar la carnicería. "No podemos tolerar que la violencia nos divida por el color de nuestra piel o por nuestros ancestros", declaró ayer Tom Ridge, el gobernador republicano de Pennsylvania.

Ante la comisaría donde fue encerrado Baumhammers se concentró un grupo de personas que insultaba al criminal y pedía su ejecución. Para evitar que fuera tiroteado, la policía protegió al detenido en todos sus desplazamientos con un chaleco antibalas. Baumhammers, que vivía en un suburbio residencial de Pittsburgh, superó en 1993 los exámenes de abogacía en el Estado de Georgia.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_