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Kofi Annan condiciona el desarrollo al fin de la discriminación educativa de la mujer

170 países se reúnen esta semana en el Foro Mundial de la Educación en Dakar

Lo que el mundo sea dentro de unos años depende, en gran medida, de las decisiones que adopten hasta el próximo viernes las 181 delegaciones de 170 países que ayer iniciaron en Dakar (Senegal) el Foro Mundial de la Educación. El secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha empezado por reclamar "un papel central para la mujer como mejor estrategia de desarrollo". El 60% de los 125 millones de menores sin escuela y las dos terceras partes de los que abandonan los estudios primarios por exigencias familiares o laborales son niñas.

El Foro fue inaugurado por el nuevo presidente de Senegal, Abdulaye Wade, y por el secretario general de la ONU, que con el Banco Mundial (BM) organiza la cumbre junto con el Banco Mundial. "Esta conferencia es una prueba para la comunidad internacional", dijo Annan, que resaltó que aún hay 880 millones de analfabetos en el mundo y denunció que los niños privados de educación están excluidos de un "derecho fundamental".Los organizadores de Dakar presentaron ayer toda su batería de responsables. Kofi Annan dio una conferencia de prensa flanqueado por el presidente del BM, James Wolfensohnm; el director general de la Unesco, Koichiro Matsuura; el administrador del Programa de Desarrollo de Naciones Unidas, (PNUD), Mark Mallock Brown, y las directoras ejecutivas de Unicef, Carol Bellamy, y del Fondo para la Población, Nafis Sadiq. Annan, que recalcó que "el mensaje de Dakar debe ser de esperanza" y que "las decisiones pertenecen a todos", anunció la constitución de un grupo de estudio con el BM para desarrollar una estrategia para generar empleo para los jóvenes.

Wolfensohn no quiso concretar presupuestos, pero recordó que el BM destina hoy 2.000 millones de pesetas a programas de educación. El responsable de esta institución reconoció además que el asunto del perdón de la deuda externa a los países pobres seguirá existiendo y matizó que, si bien los Gobiernos socios del BM "estarían dispuestos al perdón", también el propio Banco espera que se haga tabla rasa de su propia deuda.

Annan calificó el plazo previsto por el Foro de una escolarización universal para el 2015 de "adecuado al mundo actual", y señaló que si Dakar "consigue definir la voluntad política, ese objetivo se puede cumplir". Mallock Brown calificó esa meta como realizable, a un costo de 1,2 billones de pesetas, e insistió en que "la primera responsabilidad es de los Gobiernos del Sur, que deben trazar sus políticas de educación, y a partir de ahí los países desarrollados podrán intervenir".

El asunto de las niñas es quizá el factor clave. Si las niñas se educasen, aumentarían los ingresos familiares, los matrimonios serían más tardíos, disminuirían la natalidad y la mortalidad maternoinfantil, y, según los expertos sanitarios, habría una mayor sensibilización sobre el sida.

La tragedia de la educación es humana, pero inevitablemente en Dakar se va a hablar de dinero. Hay cifras que muestran de dónde se parte: en el mundo rico, según el PNUD, los ingresos fiscales del Estado representan el 26% del PIB, y en los pobres menos de la mitad de ese porcentaje. Según datos de la ONU, globalmente hablando, los Estados sufragan el 63% de la educación; el 35% corre a cargo del difuso sector de familias, comunidades, empresas privadas y ONG, y los programas de Naciones Unidas sólo financian el 2%.

La suerte de los niños

El Foro parte de la certidumbre de que la suerte de los niños es crucial. De ahí que Kofi Annan vaya a tener que multiplicar sus gestos con la gente menuda. Tanto él como Koichiro Matsuura, director general de la Unesco, tienen marcadas sendas visitas a escuelas de barrios pobres de la capital senegalesa. Ayer Annan tuvo ya su bautismo de fuego con los niños: las 400 ONG de la Campaña Mundial por la Educación para Todos auspiciaron ayer una marcha de 1.000 escolares a la sede del Foro, en un gran hotel del exclusivo barrio de N´Gor.

Las ONG pasaron revista críticamente a lo que se ha cumplido de los acuerdos de la anterior cumbre de Jomtien (Tailandia, 1990): la ayuda oficial a la educación básica, lejos de incrementarse, se mantiene en el porcentaje "patético" del 2% y en África incluso ha descendido desde 1990 en 540.000 millones de pesetas. Además, no se ha liberado a los países pobres de la carga de la deuda; el Banco Mundial no ha evitado que las familias carguen con los gastos de la educación infantil, y las presiones del Fondo Monetario Internacional han provocado que, para cumplir con lo exigido por esa institución, 12 países africanos hayan reducido su presupuesto educativo y que, en Indonesia, haya un millón más de abandonos escolares.

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