Arte y ensayo... y palomitas
No hay que alarmarse; no se trata de la vuelta de los tediosos cine-forum de los años sesenta, ni de aquellas interminables películas de realizadores procedentes de alguno de los países del este de Europa que ya ni existen. La idea que ha puesto en marcha Patxo Sans (Vitoria, 1973) trata de ofrecer en la capital alavesa lo mejor del cine europeo y norteamericano independiente que se estrena en España y que no llega a la capital alavesa.Cine que, por cierto, tampoco se acerca a las pantallas comerciales del resto del País Vasco y de Navarra, como si en estas comunidades no hubiera público para los títulos que exhiben salas especializadas en Madrid, Barcelona, Valencia o Zaragoza. Ahora ha surgido esta iniciativa (que abrirá sus puertas el próximo mayo en el antiguo cine Azul de la capital alavesa) con el fin de importar una práctica habitual en países como Italia o Gran Bretaña, donde ha residido Sans.
"En Parma o en Nottingham hay cines que se dedican al reestremo de las llamadas películas no comerciales, con una programación cuidada que crea una clientela fiel; es el camino que vamos a tratar de seguir", explica este cinéfilo, licenciado en Historia, quien considera que su ciudad tiene un sector de población joven, de alto nivel cultural, con tiempo y dinero para invertir en ocio. "No hay que olvidar que Vitoria es el primer mundo", apostilla.
La propuesta que va a poner en marcha Sans busca esa fidelidad: ofrecerá una película de reestreno en la sala principal del cine; siete días después, este título pasará al otro espacio de proyección, mientras que la primera presentará un nuevo filme. De este modo, los espectadores sabrán la cadencia y duración de las películas en las pantallas.
En cuanto a los títulos, habrá sorpresas, pero ninguna, en principio, desagradable. Los filmes que ya está manejando el promotor hay que buscarlos en el mercado anglosajón independiente, en el cine francés, italiano o alemán, aunque también habrá espacio para cinematografías más desconocidas, como la finlandesa o la iraní: "Estamos abiertos a todo, mientras sean buenas películas", comenta.
Eso sí, no se trata de una actividad sin ánimo de lucro. Tanto Patxo Sans como su socio han emprendido esta aventura con el fin de ganar dinero. Así que las palomitas (una de las bestias negras de los gourmets del cine) serán posibles en este local. "Hay que tener en cuenta que es una fuente de ingresos más; será el público el que opte o no por estas y otras chucherías", aclara Sans, quien reivindica para su proyecto el impopular calificativo de "arte y ensayo".
"Fue la misma gauche divine la que se cargó los llamados cines de arte y ensayo por su exceso de pedantería, pero la idea era muy buena". Así que los cinéfilos vitorianos ya saben que contarán, además de con películas interesantes, con un bar acogedor, programas informativos, actividades paralelas, día del espectador (los jueves) y... palomitas.
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