El Kremlin trata de presionar a EEUU y 'neutralizar' su sistema antimisiles
La aprobación de la nueva doctrina militar por parte del Consejo de Seguridad Nacional se produjo casi inmediatamente después de ser ratificado el acuerdo STARTII sobre reducción de armas estragégicas y simultáneamente con la ratificación del Tratado de Prohibición Total de las Pruebas Nucleares. Esta circunstancia es interpretada como una forma de presión del Kremlin ante EEUU para que éste no despliegue sistemas antimisiles mayores que los contemplados en el protocolo del START y que violen el tratado ABM de defensa antimisil. Precisamente, éste será uno de los principales temas que el ministro de Exteriores ruso, Ígor Ivanov, que se encuentra en EEUU, discutirá con el presidente, Bill Clinton, y la secretaria de Estado, Madeleine Albright.EEUU desea modificar los citados documentos con el fin de poder desplegar un paraguas antimisil. Pero Rusia se niega a aceptar los planes estadounidenses ya que, según afirma, ellos echarían por tierra todo el sistema de acuerdos de desarme nuclear.
La verdad es que el Kremlin se opone a esos planes porque simplemente no tiene capacidad económica en estos momentos para competir con EEUU en el despliegue de nuevos sistemas defensivos. Si Washington decide ir adelante con su nuevo programa de defensa antimisil, Rusia podría ver su potencial nuclear neutralizado, lo que le impediría utilizarlo, como ahora, como elemento de disuasión.
Aunque se desconocen los detalles de la nueva doctrina militar, sí se sabe que ésta permite utilizar el Ejército en el interior del país en caso de peligro de la intregridad territorial y de amenaza al orden constitucional. Cosa que, por cierto, ya ha hecho antes: en 1993, al cañonear el Parlamento, y en las dos guerras de Chechenia.
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