Di Pietro votará en contra

La aparente unanimidad de la coalición de centro-izquierda en torno al nuevo líder, Giuliano Amato, se ha roto por el lado más vulnerable: el del senador Antonio di Pietro, militante de Los Demócratas, el partido creado por Romano Prodi hace poco más de un año. Antes de que el presidente italiano encargara formalmente a Amato, el viernes, la formación del nuevo Ejecutivo, el ex fiscal del movimiento de jueces Manos Limpias se pronunció rotundamente en contra del político socialista, y antigua mano derecha de Bettino Craxi. Pese a que Amato no se vio salpicado por el escándalo de corrupción político-financiera conocido como Tangentopoli ni formó parte de los sectores socialistas que acusaron a Di Pietro, su historia política está profundamente ligada a esta turbia etapa de la historia reciente italiana."Es una cuestión estrictamente personal. No puedo votar a favor del Richelieu de Craxi", dijo Di Pietro apenas quedó confirmada la candidatura del ministro del Tesoro. Su posición no representa una amenaza en términos numéricos para Amato, ya que la coalición de centro-izquierda dispone de una mayoría muy cómoda en el Senado, pero no cabe duda de que enrarecerá el ambiente en la coalición, donde Di Pietro cuenta con un puñado de fieles muy activos. Los sectores más radicales del partido de los Demócratas de Izquierda (DS), principal fuerza de la coalición, no ven tampoco con buenos ojos a Giuliano Amato, que ha recibido ya el "no" por anticipado de Fausto Bertinotti, líder del Partido de Refundación Comunista, una fuerza con la que el centro-izquierda intenta restablecer viejos lazos de colaboración sin demasiado éxito.

En cuanto a los populares del PPI y a los centristas del Udeur, es evidente que el apoyo a Amato está condicionado a que se limite a ser un motor de las reformas en los 11 meses que restan de legislatura. Si la estrategia de ambos grupos funciona, el candidato del centro-izquierda a las elecciones generales de 2001 no será el político socialista.