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Educación e Iniciativa Gitana intentan escolarizar a tres niños entre protestas

Naiara Galarraga Gortázar

Los hermanos E. tienen tres, siete y ocho años. La consejería de Educación y la asociación Iniciativa Gitana, etnia a la que pertenecen los críos, buscan un centro escolar para ellos. Pero las protestas de padres y alumnos del primer centro donde lo intentaron y del segundo donde aún los pretenden matricular se suceden. El viceconsejero de Educación Alfonso Unceta y el presidente de Iniciativa Gitana, Jesús Luis Giménez, comparecieron ayer públicamente para recordar que los hermanos E. tienen, como cualquiera, derecho a la educación.

Cerca de 300 padres y alumnos del colegio privado Salesianos de Burtzeña, en Barakaldo, cortaron ayer el tráfico en la carretera N-364. Ellos tampoco quieren a los hermanos E. en sus aulas. Tanto Giménez como Unceta insistieron en que "no son niños conflictivos" y subrayaron que, incluso si ése fuera el caso, "tienen derecho a recibir educación". Unceta recalcó también que éste es un caso "muy particular y concreto" porque, recordó, en Vizcaya "hay 1.500 niños de etnia gitana escolarizados con absoluta normalidad".El presidente de Iniciativa Gitana está dispuesto a acompañar a los niños el 2 de mayo, día previsto para que se incorporen, al colegio Salesianos de Burtzeña para hacer ver a los padres reticentes que son unos niños como cualquier otro de su edad. Giménez también aseguró que él se responsabiliza de la actitud de los críos cuando vayan a clase y que cualquier queja de los padres de los hermanos E. la canalizará Iniciativa Gitana.

No obstante, es el colegio Salesianos de Burtzeña el lugar elegido por los padres de los tres niños, tras fracasar un primer intento en el colegio público Zuazo de Barakaldo y entablar conversaciones con Educación e Iniciativa Gitana, para que los chavales retomen las clases que se vieron obligados a abandonar cuando la consejería cerró el colegio al que iban. El cierre de aquella escuela pública, la de Retuerto (también en Barakaldo), por la creciente conflictividad, dejó sin colegio a poco más de una docena de chavales. Todos fueron derivados a otras escuelas públicas de la zona. Pero en el caso de los hermanos E., enviados a Zuazo, la comunidad escolar los recibió con "una evidente hostilidad", según explicó ayer el viceconsejero Unceta. Los padres de los chavales desistieron a comienzos de esta semana de matricularlos allí y optaron por mandarlos a Salesianos.

Los responsables de este centro privado dieron su visto bueno, pero padres y alumnos no los quieren en sus aulas ni por asomo. De hecho, amenazan con no llevar a sus hijos a clase el día previsto para la llegada de los hermanos E.

Unceta subrayó que Educación está obligada a respetar la elección de los padres y recordó que "no se puede entrar en la dinámica de atender si una comunidad quiere que los niños sean rubios o morenos".

Unceta reveló que el Departamento Educación ha abierto una investigación sobre el equipo docente del colegio público Zuazo, cuyo personal depende obviamente de la consejería. El viceconsejero recordó que esta plantilla "debería trabajar en favor de la integración" y que, "en la medida en que no haya sido así, se tomarán medidas".

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Sobre la firma

Naiara Galarraga Gortázar
Es corresponsal de EL PAÍS en Brasil. Antes fue subjefa de la sección de Internacional, corresponsal de Migraciones, y enviada especial. Trabajó en las redacciones de Madrid, Bilbao y México. En un intervalo de su carrera en el diario, fue corresponsal en Jerusalén para Cuatro/CNN+. Es licenciada y máster en Periodismo (EL PAÍS/UAM).

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