Expertos creen "insuficiente" el plan de la Junta para impulsar la innovación

Las actuaciones previstas por la Junta en el III Plan Andaluz de Investigación (25.615 millones en 2000) para aumentar la capacidad de innovación del sector productivo "son manifiestamente insuficientes", según un informe, conocido ayer, de investigadores del Instituto de Desarrollo Regional y del Instituto Andaluz de Tecnología. El estudio también señala la escasa inversión empresarial en investigación y desarrollo (I+D), como una de las claves del retraso de la comunidad en la aplicación de nuevas tecnologías.

El último número de la revista Cartuja Innova (publicación editada por la sociedad Cartuja 93) incluye un exhaustivo informe sobre el "estado de la ciencia, la innovación y la tecnología en Andalucía", encargado por los gestores del parque tecnológico sevillano a un grupo de expertos. En él, los investigadores reflejan que la economía regional, en la última década, ha "cuadruplicado el gasto en I+D [77.436 millones de pesetas]" y "duplicado el personal dedicado a investigación". Un crecimiento que, como también se señala en el estudio, no ha logrado reducir la brecha con el conjunto del Estado. En Andalucía, el gasto en I+D apenas supuso un 0,63% de la producción regional de 1996, mientras que en España alcanzaba un 0,85% del PIB y en la UE suponía, de promedio, un 1,91%. "En el sistema internacional, la competitividad de las naciones es el resultado de la capacidad innovadora de las empresas", asevera el informe para justificar la necesidad de un mayor impulso a la investigación y el desarrollo tecnológico.

El estudio también refleja un claro desequilibrio en el gasto regional en I+D: las administraciones públicas y las universidades son responsables de más del 75% de la financiación de programas de desarrollo, mientras que las empresas andaluzas (las que deben aprovechar las ventajas competitivas de las nuevas tecnologías) están muy por debajo del esfuerzo en I+D del sector privado en otras comunidades.

En España, las empresas ejecutan la mitad del gasto en innovación. En otros países, como Francia y Reino Unido, este porcentaje supera el 60%. Los investigadores consideran que el escaso interés de las empresas andaluzas en desarrollar programas de I+D, se debe a su tamaño: sólo un 0,4% de las firmas industriales de la región tiene más de 50 empleados; la aplicación de nuevas tecnologías requiere inversiones a largo plazo que las pymes por sí solas son incapaces de afrontar.

Financiación pública

Los investigadores destacan que la producción científica de la región ha experimentado "una evolución favorable", que se debe, casi exclusivamente a la financiación pública. En la última década, los grupos de investigación se han triplicado y se ha pasado de 1,69 doctores por cada 1.000 trabajadores activos a 2,79.

"Las conexiones entre la I+D pública y el entorno productivo son todavía muy débiles y no se materializan en acuerdos con objetivos comunes a largo plazo", dice el informe, que refiere la dificultad de traducir la investigación básica en una aplicación empresarial, como uno de los lastres de la economía andaluza.