Las dos interpretaciones del 'efecto Aznar'
En una Europa con horizontes políticos cada vez más cercanos, el caso de España como país mediterráneo y del sur no podía pasar inadvertido en Grecia. Durante la campaña electoral, lo que aquí se ha bautizado como el efecto Aznar ha gravitado sobre la mayoría de los análisis y comentarios de los responsables electorales de los dos grandes partidos. La amplia victoria conseguida por el presidente del Gobierno español el pasado 12 de marzo -un perfecto desconocido en Grecia hace cuatro años, no se olvide que fue el ex presidente español Felipe González quien representó a España en el funeral de Andreas Papandreu- ha sido interpretada en estos días, y anoche mismo, hasta la saciedad y siempre a conveniencia tanto por el Pasok como por Nueva Democracia.
Para los socialistas, la "sorpresa" de la mayoría absoluta de Aznar se debe a sus buenos resultados económicos, pero también "a la dinámica de continuidad que genera estar en el Gobierno", en palabras de un analista del partido que prefiere no dar su nombre, dos razones que teóricamente juegan a su favor.
Para los conservadores, el líder del Partido Popular español representaba la posibilidad de un centro derecha moderno, capaz de satisfacer las nuevas ambiciones de las clases medias sin enajenarse el apoyo de los sectores más débiles de la sociedad, y el modelo a seguir para imponer un relevo generacional que, según dicen, es necesario en la política griega para acabar con casi veinte años de hegemonía socialista.
A tenor de los sondeos a pie de urna y de los primerísimos resultados provisionales escrutados, la lectura de las elecciones españolas de los conservadores de Nueva Democracia sería la correcta.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.