Mujeres encarceladas
Debiera esperarse que la administración de justicia se llevara a cabo con grandes dosis de sentido común, pero, desgraciadamente, no es el caso muy a menudo. Un informe sobre reformas carcelarias está en lo cierto al llamar la atención sobre el absurdo incremento del número de mujeres encarceladas en los últimos años. (...) En una década, se ha duplicado largamente el número de mujeres tras las rejas y las cifras indican que prosigue el aumento. Más de cuatro quintas partes del total de mujeres encarceladas son convictas de delitos sin violencia. Sin embargo, incluso condenas de cárcel relativamente cortas pueden tener consecuencias desastrosas. (...) La mitad de las reclusas tienen a sus hijos viviendo con ellas en la cárcel (...) y se estima en 8.000 el número de niños afectados anualmente. La salud mental representa un problema mayor entre la población reclusa femenina que entre la masculina. Encerrar a las mujeres ayuda poco o nada a proteger a la sociedad de la delincuencia. Por el contrario, la destrucción de sus vidas, y como consecuencia la de sus hijos, puede implicar que se asista a la creación de una nueva generación de delincuentes. Todo ello hace que se reciba con satisfacción una experiencia que conmuta penas de prisión a las mujeres por cursos de reeducación. (...) Para quienes quieren duras condenas a los delincuentes, esto les sonará como una opción suave, pero el hecho cierto es que estas oportunidades educativas pueden dar apego social a las mujeres y sus familias y así se puede marcar un punto de inflexión en el crecimiento del número de mujeres encarceladas.Londres, 6 de abril
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