Las presas de Yeses bajan el telón
Cuando cayó ayer el telón del teatro de la Casa de la Cultura de Collado Villalba (39.300 habitantes), terminó el trabajo de 24 actrices de la cárcel de mujeres de Alcalá de Henares. Atrás quedaban tres meses de ensayos y otro de representaciones por toda la región al amparo del Día de la Mujer Trabajadora. El grupo teatral Yeses se despidió con La balada de la cárcel de Circe.Esta obra se puso en marcha de la mano de la directora general de la Mujer de la Comunidad de Madrid, Asunción Miura, que pidió a la directora del grupo de Yeses -creado en 1985 en la desaparecida cárcel de mujeres de Yeserías-, Elena Cánovas, que escribiera una obra en la que el público se acercara a las vidas y problemas de las reclusas. Cánovas contó con el asesoramiento de las reclusas que se prestaron a relatar sus historias.
El argumento de la obra se basa en una compañía que aguarda la llegada de una alta personalidad para comenzar a representar La Odisea. Mientras esperan, empiezan a repasar sus diálogos y cuentan las historias que les han llevado hasta la cárcel. Una portuguesa de 24 años, María do Ceu Correia, interpreta a una brasileña que llega a España engañada. En principio pensaba trabajar en una sala de fiestas y al final llega a un club de alterne de Ciudad Real.
"Actividades de este tipo hacen que la condena te resulte más corta. Te dan una ocupación y aprendes a luchar hasta conseguir hacer un buen papel", explica Correia. A esta joven portuguesa le quedan dos años para abandonar la cárcel. Fue detenida y condenada por intentar introducir droga procedente de Caracas (Venezuela). Participar en talleres y en actividades de este tipo le permitirá a Correia reducir el tiempo de condena o que le sea más fácil conseguir la libertad provisional o el tercer grado penitenciario.
"Espero que, cuando salga, pueda seguir trabajando en los escenarios, aunque todavía no soy una buena actriz", reconoce la joven.
La unión entre las actrices es tal que, aunque Soledad López Heredia ha salido en libertad condicional hace una semana, ha acudido a todas las representaciones. "Ya no puedo seguir, a pesar de que es un trabajo que me encanta. Ahora me gustaría meterme en algún grupo pequeño de teatro o en alguna casa de la cultura local", explica López Heredia, que hasta ayer representaba a una aspirante a ministra de Justicia.
Entre bambalinas ayer se respiraba "mucha tristeza", explicaba Luz María Martínez, una colombiana a la que le queda "bastante" para salir. Gracias a la obra que ha dejado de representarse "se sabrá que en las cárceles también se hacen cosas buenas", como dice el libreto.
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