Interpol sigue por todo el mundo el rastro del falso principado de Sealand
Bajo su bandera se han perpetrado delitos en Europa, Asia y EE UU
Los rastros del falso principado de Sealand, cuya embajada en Madrid fue desmantelada el pasado martes por la Guardia Civil, se extienden por los océanos como una espesa mancha de aceite de la que ninguno de sus príncipes y regentes se quiere hacer responsable. Según Interpol, distintos grupos de delincuentes han utilizado este edén imaginario para perpetrar delitos en Estados Unidos, Alemania, Hong Kong, Albania y Eslovenia.
La primera mancha de este grotesco oasis marino, que en realidad es una vieja plataforma de guerra de 140 metros de largo por 40 de ancho, situada en el mar del Norte, a unos diez kilómetros de la costa británica de Suffolk, apareció en Miami (EEUU); luego, en Düsseldorf (Alemania), Eslovenia, Hong Kong, Albania y ahora en Madrid, donde la Guardia Civil detuvo el pasado día 4 a su regente, Francisco Trujillo Ruiz, un exguardia civil almeriense de 46 años, al que investigan por un presunto delito de estafa y falsedad documental.Andrew Cunanan, de 27 años, el asesino del modista italiano Gianni Versace, utilizaba un pasaporte de este edén de fantasía y circulaba con un coche que exhibía placas diplomáticas del elegante principado. Torsten Reinech, el alemán propietario de la barcaza vivienda en la que se encontró el cadáver del joven prostituto que acribilló a balazos al rey de la moda en Miami Beach, se proclamaba cónsul de Sealand y estaba buscado por la policía alemana.
¿Quién les proporcionó estos documentos diplomáticos? Richard Barreto, jefe de la policía de Miami, todavía no ha conseguido contestar a esta pregunta ni ha aclarado el origen de los rimbombantes pasaportes de caucho plastificado que, al parecer, fueron fabricados en Alemania.
En Eslovenia, en 1997, fueron utilizados pasaportes de Sealand para lavar dinero recaudado en una operación de tráfico de drogas. En Düsseldorf (Alemania), una persona ingresó en prisión por vender credenciales del principado; la mancha apareció también en Hong Kong, antes de pasar a soberanía china, donde fueron vendidos más de 4.000 pasaportes falsos a 1.000 dólares (172.000 pesetas) cada uno; y en Albania, donde a los autores de un fraude bancario se les intervinieron tarjetas diplomáticas de este microestado de fantasía.
Todo indica que existen varios Sealand diferentes a los que Interpol, antes, y la Guardia Civil, ahora, siguen la pista en distintos países. Parece que la aventura del excomandante británico Roy Bates, de 78 años, que el 2 de septiembre de 1967 tomó posesión de la plataforma, izó su bandera roja, blanca y negra y se autituló príncipe de Sealand, está siendo utilizada por diferentes grupos para negocios poco transparentes que tarde o temprano acaban en los juzgados.
Trujillo, que se hace llamar regente del principado, no está siendo investigado por el juzgado número 10 de Madrid por los hechos antes mencionados, sino por la presunta venta a través de Internet de negocios, pasaportes diplomáticos, certificados de ciudadanía y títulos universitarios de Sealand a ciudadanos de todo el mundo que se dirigían a su página de Internet.
El excelentísimo regente de Sealand, que fue puesto en libertad el pasado viernes, se explica así: "Roy Bates es un vegetal. A mí me eligió su hijo Michael y acepté el cargo. Todo ha sido perfectamente legal. Nunca hemos comerciado con pasaportes. Sealand existe y está reconocido por distintos expertos internacionales. Allí viven permanentemente unas 160 personas. ¿Quiere venir a visitar la plataforma? ¿Quiere verlo con sus propios ojos?".
Pero Michael Bates ha explicado al periódico británico The Guardian que su página en Internet www.fruitsofthesea.demon.co.uk/Sealand es la única "auténtica", y califica de falsificación la página de Trujillo y de su Consejo Privado de Estado que se exhiben en la dirección principalitysealand.net.
El hijo de quien se titula a sí mismo como príncipe de Sealand dice: "Nos están haciendo un daño tremendo. Escribí a la página española pidiendo explicaciones y alguien que aseguraba tener conexiones con el rey Juan Carlos I contestó que estaban preparando un libro sobre Sealand".
Su madre, la princesa Joan, esposa de Roy, de vacaciones en la Costa del Sol, asegura que su familia es ajena a las actividades del Sealand español. "Hemos expedido pasaportes pero sólo para los que trabajan para nosotros. Somos un Estado muy pequeño y vulnerable. No podemos cometer errores".
Trujillo trabajó como emigrante en Alemania y fue en la empresa Isopol, que fabrica productos químicos, donde, según su testimonio, tuvo las primeras noticias de Sealand. En la localidad de Erwitt, a unos 40 kilómétros de Düsseldorf, hay una casa del falso principado.
La oferta de pasaportes diplomáticos del Sealand español había recibido múltiples respuestas: "Soy un honesto ciudadano de Francia y me gustaría ser ciudadano de Sealand, Thierry Jourdain; soy un abogado ruso, profesor de la Universidad de Moscú. Deseo información sobre los pasaportes diplomáticos de su país, Stanislav Egorov; soy un aviador el Ejército norteamericano herido grave en un accidente de helicóptero. Me gustaría servir como diplomático para el principado. D. G. May, piloto retirado". La fantasía de Sealand parece ejercer en algunos un extraño poder de seducción.
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