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Barcelona prepara albergues para los niños de la calle

El Ayuntamiento y la Generalitat explicaron ayer sus proyectos para solucionar la situación de los menores indocumentados que viven en la calle. Mientras Núria Carreras, concejal de Bienestar Social, reiteró la voluntad del Ayuntamiento de Barcelona de compartir responsabilidades con la Generalitat, la consejera de Justicia, Núria de Gispert, convocó una conferencia de prensa para explicar detalladamente los proyectos de colaboración a los que la Generalitat ha llegado con el Gobierno marroquí tras su viaje a Rabat, ya adelantados por este diario. Carreras explicó que a pesar de que la tutela de los menores indocumentados corresponde a la Generalitat, se trata de un problema de la ciudad y, como tal, "el Ayuntamiento tiene la obligación de participar de alguna manera". Carreras propone ampliar los equipamientos destinados a los menores de manera que cubran las 24 horas del día, ya que, actualmente, de los menores que rechazan los centros de la Generalitat porque quieren trabajar, sólo los 10 que entran en el programa de Cáritas tienen un lugar donde dormir. Los demás, unos 80, duermen a la intemperie o en casas ocupadas.

Aparte del centro de Cáritas, la Cruz Roja negocia con la Generalitat la aperutura de otro centro. El Ayuntamiento está dispuesto a financiar un tercer centro para gestionarlo con la Cruz Roja y aumentar el número de educadores de calle. Asimismo, el Ayuntamiento propone la creación de un cuarto centro de día. Pero la concejal quiere supervisar estos servicios, para los que ya tiene reservados un fondo de 70 millones de pesetas y un local de planta baja para hacer viable la propuesta.

Por otra parte, la consejera de Justicia declaró que su departamento está trabajando en un proyecto para que los menores de 12 a 14 años que rechazan la tutela de la Generalitat sean devueltos a Marruecos con sus correspondientes papeles en regla y, una vez allí, puedan acudir a un centro de formación profesional, concretamente de restauración y hostelería, bajo el compromiso de conseguirles a los 16 años un trabajo en Cataluña o en Marruecos.

Otra de las propuestas que se barajan es la formación de educadores que operen en las calles de Marruecos, en las que hay miles de jóvenes sin hogar, para conocer mejor a los menores que deciden cruzar el Estrecho. También se evalúa la posibilidad de que se trasladen a Cataluña dos educadores de la ONG Hassan II, en la que el Ministerio del Interior marroquí tiene una participación activa, para mediar con los menores que no aceptan la ayuda de la Generalitat y evitar así que caigan en redes de delincuencia, droga o prostitución.

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