El nuevo primer ministro japonés conserva todo el Gobierno de su antecesor
Elegido primer ministro de Japón con una gran mayoría del Parlamento, Yoshiro Mori no perdió ni un momento ayer para formar su Gabinete. Todos los ministros del Gobierno anterior, que la víspera habían presentado su dimisión colectiva para permitir cerrar el proceso de sucesión de Keizo Obuchi, fueron confirmados en el cargo que ocupaban. Víctima de una hemorragia cerebral el pasado fin de semana, el ya ex primer ministro sigue en coma.
La sucesión de Obuchi tiene el signo de la continuidad: no aportará ningún cambio a la política diplomática o económica de Japón. Los mercados reaccionaron con calma y no parecían perturbados por el brusco cambio al frente del Gobierno. "Proseguiré la política de revitalización de la economía de Obuchi y haré todos los esfuerzos necesarios para restablecer un crecimiento estable", declaró Mori. El nuevo primer ministro anunció, por otra parte, que efectuará a fin de mes la visita que Obuchi tenía previsto hacer a Moscú para entrevistarse con el presidente electo, Vladímir Putin. La sucesión de Obuchi reaviva, sin embargo, las especulaciones sobre un eventual anticipo de las elecciones antes de que expire el mandato de los diputados en octubre. El Gabinete del nuevo primer ministro que, en la mejor de las hipótesis tiene una esperanza de vida limitada, podría en tal caso tener una existencia aún más breve.Un político de casta
A pesar de su carrera como jugador de rugby, Mori no es un "atacante" nato, sino un hombre conciliador. A sus 62 años, es un veterano de la política y en gran medida un producto puro del Partido Liberal Demócrata (PLD), formación que domina la escena pública japonesa desde hace medio siglo. Afable, buen orador y conservador de buen cuño, Mori es, pues, un hombre de compromiso y de paliativos más que un reformador audaz.
Nieto de políticos de la provincia de Ishikawa (en la costa del mar de Japón), Yoshiro Mori comenzó a hacer política a los 32 años después de haber trabajado brevemente como periodista en el diario Sankei Shimbun y de haber sido secretario de un diputado de su región natal. Fue elegido al Parlamento por primera vez en 1969. Se unió entonces al clan de Takeo Fukuda, que fue primer ministro de 1976 a 1978 y del que se convirtió en el "favorito". Esta facción, a la que también pertenece Nobusuke Kishi, detenido por crímenes de guerra por los estadounidenses en 1945, pero que llegó a primer ministro a finales de la década siguiente, era entonces una de las más fuertes del PLD.
El inicio de la carrera política de Mori se desarrollo en las bambalinas del PLD, del que fue nombrado secretario general adjunto en 1978 antes de asumir la presidencia de su consejo ejecutivo. Amigo de la universidad de Keizo Obuchi, asumiría las funciones de secretario general después de 1998 tras haber llegado a la cabeza de su propio clan. Debilitado por una escisión, se aproximó a la facción dominante, la de Obuchi, de la que terminó siendo bastante dependiente. Las funciones de secretario general hacían de Mori un sucesor potencial de Obuchi al frente del Gobierno.
Tras ejercer como ministro de Educación (1983-1984), Mori fue salpicado en 1988 por el escándalo Recruit (manipulaciones bursátiles) que diezmó a la clase política japonesa y obligó a sus integrantes a adoptar temporalmente una actitud más discreta. Volvió a la escena en calidad de ministro de Comercio Internacional e Industria (1992-1993) y, más tarde, de la Construcción (1995-1996). En junio de 1994, en su calidad de secretario general adjunto del PLD, fue uno de los artífices del Gobierno de coalición con el socialista Murayama, que marcó el regreso a la vida política del PLD tras un año en la oposición. Tiene fama de ser un excelente coordinador, aunque sin embargo carece de experiencia en materia diplomática.
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