La Comunidad elimina un servicio de compañía para discapacitados al pasarlo a los municipios
La Comunidad de Madrid ha eliminado un servicio gratuito de acompañamiento para discapacitados psíquicos desde que en enero transfiriera a los ayuntamientos todos sus programas de atención domiciliaria a minusválidos. Federaciones de Asociaciones en Favor de Personas con Retraso Mental (FEAPS) denuncia que tiene noticias de 50 familias afectadas, "pero hay más". El director de servicios sociales del Gobierno regional, Tomás Vera, asegura que "a cada usuario se le dieron alternativas, como recurrir a voluntarios". "Pero, si es necesario, renovaremos el servicio", añade.
A Pilar Mateo, madre de una adolescente de 15 años con una parálisis cerebral que le impide moverse, las palabras de Vera no le convencen. Esta mujer, que vive sola con su hija, recibió durante ocho años una asistencia domiciliaria gratuita de dos días por semana, que incluía, además de vestir y dar el desayuno o la merienda a la adolescente, llevarla y traerla en coche de casa al colegio donde vive interna de lunes a viernes."En enero, la Comunidad me escribió asegurándome que la atención la iba a seguir prestando, de la misma manera, el Ayuntamiento de Madrid. Pero después, en los servicios sociales de Chamartín, nos dijeron que la asistenta vendría a dar de comer y lavar a la chica, pero que no la iba a llevar a clase", asegura Pilar Mateo.
"Necesito que alguien lleve a Lorena al colegio, porque ella no puede moverse y yo tengo que ir a trabajar; así que he contratado el servicio con una agencia que me cobra 1.500 pesetas a la hora", matiza esta administrativa. "Nos ofrecen voluntarios, pero mi hija tiene un problema continuado y ningún voluntario va a atenderla durante años", apostilla. "La Comunidad, antes de transferir el servicio, tenía que haberse preocupado de su continuidad, llegando a los acuerdos que fueran necesarios con los ayuntamientos", explica esta madre, que ha denunciado el caso al Defensor del Pueblo y al del Menor.
Áurea Sanz, de 49 años, es otra de las afectadas. Esta auxiliar de clínica, separada y sin familia en Madrid, vive sola con su hija Laura, una niña hiperactiva y con una alteración cerebral conocida como el síndrome de West (a sus 14 años tiene la mentalidad y el comportamiento de una cría de tres).
Hasta diciembre, una educadora acudía dos días a la semana a su casa para atender a la adolescente y de paso dejar unas horas de respiro a la madre, que había pasado por una severa depresión. Desde enero le han suprimido el servicio y sólo hasta junio le atiende la FEAPS pagando 18.000 pesetas al mes. Después no sabe qué pasará.
"En diciembre, la educadora me aviso de que esta atención iba a pasar al Ayuntamiento. Pero las trabajadoras sociales de Fuencarral me dijeron que desde la junta no se prestaba esa modalidad de asistencia domiciliaria y me remitieron al programa de respiro de FEAPS", concluye.
Según Asunción Domingo del Álamo, directora de servicios sociales de la FEAPS de Madrid, "la Comunidad, que es la responsable de los programas para discapacitados, ha creado un vacío al eliminar estos servicios de acompañamiento que prestaba desde hace años". "Los municipios mantienen la ayuda a domicilio; es decir, dan de comer, visten o lavan a los afectados, pero no les llevan a clase ni les dan un apoyo especializado, porque carecen de personal que sepa de discapacidades", añade Domingo.
"Nuestras familias precisan algo más que una ayuda puntual"
La FEAPS intenta mitigar el problema creado entre sus socios por la supresión del servicio, atendiéndolos desde su programa de respiro: una ayuda puntual a domicilio, subvencionada por Trabajo y Asuntos Sociales, para familias con hijos con retraso mental. "Pero eso no es la alternativa a un servicio que nuestras familias necesitan de contínuo", resalta Asunción Domingo, lo que supone un gasto "para toda la vida".Tomás Vera, director de servicios sociales, explica que este servicio de acompañamiento, prestado por ONG, estaba incluido en otro de ayuda a domicilio que la Comunidad gestionaba desde 1996. "La asistencia domiciliaria depende siempre de los ayuntamientos y nos parecía que también este servicio debía pasar a los municipios y prestarse de forma universalizada", añade.
"El acompañamiento no puede considerarse como uno de los servicios habituales de la ayuda a domicilio, que son los que se han transferido a los municipios. No lo hemos suprimido de forma frívola, sino que hablamos con los afectados y les dimos alternativas", apostilla. ¿Cuáles? "Que les atiendan desde los servicios sociales, desde los centros educativos a los que acuden y desde la dirección general de voluntariado", concluye.
El jefe del departamento de Mayores del Ayuntamiento de Madrid, Ernesto Cabello, dio órdenes de que esta ayuda domiciliaria a discapacitados se prestase igual que se venía haciendo, incluido el acompañamiento si éste consiste en llevar al usuario a pasear o al colegio. Pero Domingo discrepa: "Desde los servicios sociales municipales de algunos distritos nos han informado que el acompañamiento se ha suprimido, que sólo se presta ayuda domiciliaria como la de los ancianos", afirma.
José Fernández-Cañadas, padre de David, un niño de 9 años con una minusvalía psíquica del 82%, recibía de la Comunidad cuatro horas semanales de asistencia gratuita en su hogar de Alcorcón, explica este empleado de unos grandes almacenes. Ahora que el servicio ha pasado a los ayuntamientos va a tener que pagar por él 1.275 pesetas/hora.
Ernesto Cabello asegura que el Ayuntamiento de Madrid, a diferencia de otros, aún no ha empezado a cobrar por la atención domiciliaria a discapacitados.
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