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Tribuna:LOS RETOS ECONÓMICOS DE LA PRÓXIMA LEGISLATURA
Tribuna
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La 'nueva economía' y sus metáforas

Joaquín Estefanía

Dos componentes espectaculares muy recientes de la nueva economía: la pasada semana las dos empresas del mundo con más capitalización bursátil eran Cisco Systems y Microsoft, dos sociedades relacionadas con la revolución tecnológica y el espectacular aumento de la productividad, que han ido sustituyendo en ese ránking a las gigantescas multinacionales de la vieja economía como General Motors, General Electric, ExonMobil, Citigroup, Philips Morris, Ford, etcétera. El segundo componente es el crecimiento de la economía norteamericana en el último trimestre de 1999, un impresionante 7,3% (más propio de países como Corea del Sur que de zonas tan ricas como Estados Unidos), que ha tenido que ser revisado al alza dos veces. El PIB de EE UU ha crecido durante tres años seguidos (1997, 1998 y 1999) más de un 4%, lo que no se producía desde la segunda mitad de los años setenta.El ímpetu arrollador de esta nueva economía también ha tenido estos días contrapesos que apelan a la prudencia de quienes creen que en su naturaleza está siempre ir hacia arriba y no consideran vigentes las lecciones de la historia que nos indican que las burbujas financieras siempre han acabado deshinchándose, a veces de forma dramática. El primero de ellos ha sido la conferencia del gobernador del Banco de España, Luis Ángel Rojo, en el Club Siglo XXI, que ha seguido la estela de la "exuberancia irracional de los mercados" que ya anunció su colega de la Reserva Federal, Alan Greenspan: "La Bolsa americana", dijo Rojo, "al exceder de los valores justificables por los fundamentos económicos, tendría actualmente un componente mayor o menor de burbuja financiera, insostenible antes o después". La nueva economía "no ha relegado a la historia los riesgos inflacionistas ni las fluctuaciones cíclicas de la economía". Se pregunta el gobernador: ¿se trata de revalorizaciones bursátiles sostenibles que tienen una base sólida? ¿Se trata, por el contrario, de burbujas financieras cuya explosión podría dañar gravemente la demanda y la actividad de la economía mundial? La segunda apelación a la prudencia ha provenido del presidente de la CNMV, Juan Fernández-Armesto, que advirtió del "arrebato de los mercados con las nuevas tecnologías".

Con ser significativas, estas declaraciones son indoloras por teóricas. No ha sucedido lo mismo con el comportamiento de los valores tecnológicos en las bolsas durante los últimos días, que han sufrido un severo correctivo. Caía el Nasdaq mientras algunos analistas recomendaban reducir la exposición a los títulos tecnológicos. Algunos de ellos han perdido en las tres últimas semanas el 50% de su valor bursátil.

Con sus pros y sus contras, la nueva economía ha adquirido carta de naturaleza en la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, reunidos hace unos días en Lisboa. Lo más importante de la misma ha sido que por primera vez la atención de los líderes europeos ha girado desde lo monetario al pleno empleo. Lo más discutible es que debajo de las palabras, de los objetivos y los calendarios, no se han puesto, o no se han explicado, los medios para poner en marcha esa nueva economía: cómo va a ser financiada. Se ha tratado más de crear ambientes que de ser concretos. Como si la nueva economía fuera lo políticamente correcto en esta nueva etapa de la coyuntura. Con un aspecto sobresaliente: los líderes de esta alteración estructural de los esquemas han sido el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente de la UE este semestre, el portugués Antonio Guterres, que han llevado tras su estela a José María Aznar y a Massimo d´Alema. Por el contrario, el antiguo eje europeo, compuesto por Francia y Alemania, ha tenido un papel átono, subsidiario o resistencialista. Por cierto, ¿existe Prodi?

La nueva economía se compone todavía de realidades y metáforas. Y hay que distinguirlas.

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