Los olvidados
ESPERANZA PELÁEZA la gente que vive en lugares que generalmente permanecen en el olvido le molesta enormemente que su ciudad, su pueblo, su barrio, salga en los periódicos sólo cuando ocurre alguna desgracia. Esta semana ha aparecido en el diario Sur una información que ha levantado ampollas. Un reportaje que contaba cómo en la barriada de La Palmilla los traficantes de droga se van quedando con pisos, a veces con edificios enteros, para vender cómodamente la mercancía. La policía y los vecinos saben que eso es cierto, pero les escuece. La Palmilla es un barrio que se creó para ubicar a la gente pobre que ocupaba lugares de la ciudad apetitosos para las constructoras en una época de especulación urbanística. José Pérez Palmis, un hombre que hace dos años montó un centro de iniciativas para el empleo en el barrio, lo describía a la perfección cuando fletó su proyecto: "Se encerró la miseria en pisos".
En La Palmilla no hay sólo traficantes. También hay mujeres que se dejan las manos limpiando casas, y hombres que se levantan muy temprano para trabajar en la obra, o para barrer calles, o para vender en un mercadillo. Y también hay gente que intenta convencer a sus vecinos de que no tienen que resignarse a la ignorancia, al paro y a la marginación. Algunos son jóvenes, como Antonio Jiménez, que lleva ocho de sus 33 años como cura en el barrio, o como Carlos Torres, que tiene 31 y, como palmillero que es, quiere que sus vecinos tengan las mismas oportunidades que los que han nacido en otros lugares. En el tiempo que lleva funcionando, el Centro de Empleo del barrio ha formado a 800 personas para insertarlas en el mercado laboral.
Su ambición era lograr que el Inem llevara cursos allí. Hace algún tiempo les llegó la agradable noticia de que les habían concedido uno. El problema es que se trataba de un curso de formación en el envasado de productos ahumados, una industria que en Málaga no es precisamente puntera. Torres dice: "Cualquier chaval del barrio sabe desmontar y montar una moto. ¿No sería mejor un curso de mecánica?". Seguramente sí, pero habría que hacer las cosas pensando en el lugar para el que se hacen. Y los olvidados son eso; olvidados.
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