Prédica y trigo contra la nicotina
Antonio Ruiz, pensionista (55 años); Amalia García, administrativa (41); y Cecilia García (45), agente inmobiliaria, tienen una cita a las ocho de esta tarde junto a otra decena de personas. Ninguno pasará por el estanco antes de participar en la terapia de cada jueves. Antonio y Cecilia han cumplido un año sin el sabor de la nicotina en la boca. Amalia, que ha arrastrado a su marido, Fernando Coronil, a las afueras del vicio, lleva tres meses sin quemar un cigarrillo. Todos creían que era imposible, pero las recomendaciones médicas, la voluntad y los métodos implantados en los centros de atención primaria de la provincia de Cádiz han obrado el milagro: en dos años, 2.998 personas han pasado por las siete consultas contra el tabaquismo y el 40% ha olvidado ya los malos humos.El éxito del programa tiene tres caras: Pilar Mentuy, pedagoga; Carmen Linero, maestra y enfermera, y Carmen Ruiz, enfermera. Tres ex fumadoras que en 1993 trabajaban en distintos departamentos de educación para la salud del SAS en la provincia. En aquella fecha decidieron pedir una subvención al programa europa contra el cáncer para activar una comunicación interna que permitiera sensibilizar, formar e informar a los profesionales sanitarios. En las consultas de cualquier especialidad arranca el trabajo de los profesionales especializados. Las consultas se van a duplicar y a extender a todas las comarcas en los próximos meses. "Sólo con que cualquier médico explique a su paciente las ventajas que ofrece dejar de fumar se consigue que entre un 5% y un 10% de los pacientes lo haga", explica Mentuy.
A partir de ahí, se desarrolla el trabajo especializado de los enfermeros y médicos en los centros de salud. La atención se personaliza para cada paciente, aunque las pautas son similares: se trabaja en implantar técnicas de modificación de la conducta y se establece un ritmo de deshabituación y, si es necesario, se recurre a la ayuda de psicólogos y a los parches de nicotina. "Lo más importante es que exista la voluntad de querer dejar el tabaco", explica Mentuy. Antonio Ruiz sacó esa voluntad de dónde no creía que la hubiera: "Yo estaba obligado por problemas de circulación, pero al final no me ha costado mucho". Amalia García consumió su último pitillo rubio hace 120 días, cuatro meses "que han pasado como cuatro años".
Para los pacientes quizás sea importante saber que las tres impulsoras del programa son ex fumadoras. Pilar Mentuy y Carmen Linero ya habían abominado del tabaco cuando comenzaron a trabajar en este ámbito. Carmen Ruiz, además de dar trigo, predicó con el ejemplo y dejó de fumar utilizando las técnicas que preconiza.
Las tres presentaron ayer ante los medios de comunicación una guía avanzada dirigida a los profesionales sanitarios. Se ofrecen pautas a seguir ante cada paciente y se incluyen cuestionarios de motivación, consejos para dejar de fumar y las normas de empleo de parches y chicles de nicotina. También se indica los argumentos que serán trasladados a los pacientes y las medidas que deben adoptarse para prevenir las recaídas y los síntomas de abstinencia.
Cecilia García no ha recaído y tiene bien presentes los consejos, aunque hay algo que le carga las baterías de la voluntad. "Hace ocho años que hago andando el camino del Rocío y siempre había escuchado las sevillanas que hablan de los olores del coto de Doñana. Pensé que eran pura poesía, hasta que dejé de fumar y comencé a oler a pino, jara y romero".
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