La escultura de madera identifica las vanguardias desde las obras de Picasso Una exposición en Madrid demuestra la relación con la naturaleza durante el siglo XX
Una figura de Pablo Picasso, realizada en 1935 con madera pintada, piezas de metal y cordel, es en realidad una muñeca para su hija Maya. La pieza forma parte de la exposición Un bosque en obras. Vanguardias en la escultura española en madera, inaugurada ayer en la sala de las Alhajas de la Fundación Caja Madrid, de Madrid (plaza de San Martín, 1). El montaje reúne por primera vez esculturas de madera de la vanguardia histórica y contemporánea, con 65 obras de 31 artistas nacidos entre 1874 y 1957, para demostrar su relación con la naturaleza.
El primer proyecto expositivo del Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente, de Segovia, en sus dos años de funcionamiento, presenta la renovación del lenguaje escultórico del siglo XX con la madera como material usado por los artistas españoles. Un bosque en obras contiene las corrientes de vanguardias, desde el cubismo y el constructivismo hasta el arte cinético, povera, expresionismo, conceptual y minimalismo.La directora del museo, Ana Martínez de Aguilar, declaró ayer que el conocimiento de las obras de arte se puede hacer desde la aproximación histórica y desde la comprensión poética. "En el museo, como manifestación de nuestro tiempo, estudiamos la relación del hombre con la naturaleza, desde el paisaje segoviano. Un aspecto inédito era vincular la naturaleza a un material como la madera, que ha estado presente en la cultura española desde el románico, el renacimiento y el barroco, pero no se suele identificar con las vanguardias de este siglo". Para el director de la Fundación Caja Madrid, Alfredo Pérez de Armiñán, es un proyecto original que permite descubrir obras poco conocidas.
José María Parreño, subdirector del museo segoviano y poeta, comisario de la exposición, quiere demostrar que la madera está presente en la escultura vanguardista frente al concepto de que la modernidad y el arte moderno tiene un rechazo por lo orgánico y por lo natural, como demuestran las esculturas de hierro, cemento y materiales industriales de Julio González, Gargallo o Picasso. "La tradición de la escultura de madera en España termina en la imaginería del siglo XVII. A lo largo del siglo XX serpentea en varios artistas y se hace más frecuente a partir de los años ochenta", declaró Parreño. El comisario ha hecho una selección para representar las tendencias de vanguardias y con obras significativas de cada autor hechas con madera, un material que se utiliza por sus propias cualidades. No establece límites entre escultura y pintura, al incluir piezas de Lucio Muñoz y Gerardo Rueda.
El montaje, planteado por orden cronológico, empieza por la tercera planta de la sala de las Alhajas, en cuyo centro cuelga un móvil de Moisés Villèlia. La madera pintada y ensamblada de Torres García está situada junto a un tótem de Picasso de 1907 y un maniquí de Ángel Ferrant de 1946. Una madera pintada y con clavos de Miró comparte espacios con otras piezas de Alberto Sánchez, Manuel Ángeles Ortiz, García Condoy, Esteban Vicente, Lasso y Granell.
Bodegones de Rueda y tres relieves de Chillida están situados en la segunda planta, junto a otras piezas de Cristòfol, Rubio Camín, Subirá-Puig, Ibarrola, Basterretxea, Farreras y Navascués. En la planta baja, Lucio Muñoz -uno de sus últimos trabajos-, José Ramón Anda, Mendiburu y otras aportaciones de Casás, Schlosser, Fernández, Miura, Barbi, Villèlia, Durán y Leiro.
La muestra estará abierta en Madrid hasta el 14 de mayo, para pasar al museo Esteban Vicente de Segovia a partir del 31 de mayo. El catálogo contiene textos de José María Parreño, Antonio Gamoneda, John Berger y Bernardo Atxaga.
