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La sombra de Putin planea sobre Torrevieja

La sombra del presidente interino de Rusia y candidato a la presidencia, Vladímir Putin, planea por Torrevieja desde que la pasada semana el semanario ruso, Nóvaya Gazeta, vinculara al ex teniente coronel del KGB con la evasión a España de millones de dólares. La investigación periodística del semanario ruso implica al presidente interino, cuando era vicealcalde de San Petersburgo, con una compañía llamada Trust-20, a la que supuestamente gestionó subvenciones y créditos blandos. Esta corporación adquirió, a mediados de los noventa, un inmueble en Torrevieja llamado La Paloma para explotarlo como aparthotel, en el que se alojaron miles de ciudadanos rusos. "Sólo en un verano pasaron por ese edificio unos 3.000 rusos", muchos de ellos militares, que llegaban en régimen de pensión completa", afirmó el propietario de un restaurante cercano.Los testimonios sobre la aparición de Putin por la villa turística, e incluso sobre sus visitas a la urbanización, realizados siempre desde el anonimato, se pueden sumar a los que niegan su presencia. O peor, a los que aconsejan sobre la idoneidad de la pregunta: "Si él hubiera venido aquí, no creo que le interese que se sepa". Todo apunta a que un grupo de ciudadanos rusos gestionaron estancias en la localidad de altos cargos del ejército y de los servicios de inteligencia. E incluso, recuerda un antiguo vecino, participaron activamente en las fiestas celebradas en la urbanización, con la presencia de cantantes rusas. Pero la presencia del ex jefe del Consejo de Seguridad Nacional en la villa, es una incógnita.

Nóvaya Gazeta acusó al gabinete de Putin de estar directamente relacionado con la firma Trust-20. El promotor de la urbanización La Paloma, Fernando Fenoll, aseguró a este diario que a principios de los noventa una delegación rusa, que representaba a esta firma, "adquirió más de 30 apartamentos en La Paloma, que pagaron en divisas". Una operación, que según Fenoll, le costó "Dios y ayuda cobrar por completo". Los apartamentos adquiridos por los rusos, según el promotor, quedaron bajo la administración de Peter Androuchevitch. "De manera continuada, durante dos años, venían rusos a los pisos, a través de Peter. Después, tuvieron problemas para pagar los préstamos que habían pedido, y tras vencer varios recibos, optaron por perder todo y se marcharon", afirmó Fenoll.

Uno de los apartamentos se habilitó como delegación de la citada compañía. En el buzón de correos correspondiente al piso 4º D todavía hay un cartel en el que se lee el nombre de la compañía. El dinero con el que se compraron los inmuebles procede, según el semanario, de una subvención del presupuesto de la ciudad de San Petersburgo, que fue concedida para la reconstrucción de un monasterio en Israel. Pero que finalmente, fueron a parar a cuentas de bancos españoles.

La presencia de ciudadanos rusos en la urbanización, después del supuesto ahogo financiero de la sociedad, ha pasado a un número menor, pero todavía quedan frescas las fiestas regadas con vodka por clubes de la ciudad, y los gastos elevados que los "jefes rusos" invertían en sus vacaciones.

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