"La mujer saharaui mantiene viva la cultura de nuestro pueblo en el exilio"
Nacida en la ciudad santa de Smara en 1964, cuando el Sáhara Occidental era aún provincia española, Mariam Salek ha sido nombrada ministra de Cultura y Deporte en la reciente reestructuración del Gobierno de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD). Desde los campamentos de refugiados saharauis en la Hamada argelina, una de las zonas más inhóspitas del planeta, Mariam Salek se esfuerza por mantener la lucha que las mujeres saharauis han librado en estos 25 años de exilio. La ocupación marroquí de su patria a raíz de los acuerdos tripartitos de Madrid (1975) y el consiguiente éxodo a los campamentos mandó a los hombres a luchar con el Frente Polisario. Eso hizo que las mujeres saharauis cogieran las riendas de su propio destino para articular la sociedad civil y la organización de los campamentos. Madre de tres niños, licenciada en Literatura Árabe por la Universidad de Argel, Mariam Salek, desde su cargo político como única mujer en un Gobierno de hombres -antes fue profesora y directora en las precarias escuelas de los campamentos-, quiere continuar lo logrado en materia de reivindicación feminista al tiempo que mostrar al mundo cómo se vive en un pueblo que aún lucha por celebrar un referéndum de independencia con el que recuperar su territorio usurpado. La organización de un festival musical con artistas españoles y saharauis, que se celebrará en el campamento de Smara (que coge su nombre de la ciudad ocupada por Marruecos) en la próxima Semana Santa, es el motivo de su reciente viaje a Madrid.
Pregunta. El protagonismo de las mujeres saharauis en estos años de exilio, ¿es coyuntural o estructural?
Respuesta. Ésa es la discusión que mantenemos las mujeres saharauis. El peso de la mujer en estos años ha sido vital en los campamentos. Sin la ayuda del hombre, que estaba en el frente, nosotras tuvimos que imaginar una organización social. A falta de una patria, nos refugiamos en la cultura de nuestro pueblo. Hemos mantenido y enseñado a nuestros hijos la música, la artesanía, la gastronomía, la danza, la poesía, la literatura, la historia... en condiciones muy duras. Cuando lleguemos a la independencia, y a un país normalizado, no dejaremos que los hombres nos arrebaten nuestro papel, y además no creemos que lo intenten, pues en estos años han sido solidarios con nosotras.
P. ¿Cuáles son las directrices de su ministerio?
R. Aplicar lo acordado en el último congreso del Frente Polisario, que se resume en tres puntos: mantenimiento de la identidad saharaui, diferente a la de los pueblos vecinos; recuperar el archivo de nuestra historia y cultura para salvaguardarla y legarla a las generaciones venideras y dedicar atención especial a las zonas que podrían ser patrimonio de la humanidad y que la guerra ha dejado en peligro de extinción.
P. ¿Cómo se mantiene la ilusión por un territorio que reivindican pero que no conocen los que han nacido después de 1975 en el exilio?
R. A los nacidos en el exilio les contamos cómo era el territorio que reivindicamos y ellos tienen más ilusión casi que nosotros por recuperarlo. Los programas culturales y deportivos van en esa dirección, y también para hacer más llevadera la dura vida de los campamentos. Se mantienen vivas las relaciones con los familiares que quedaron en el territorio ocupado por Marruecos, y se anhela el reencuentro. Seguimos reclamando nuestro derecho al referéndum aplazado, pero, mientras, sirven también cosas como el festival que celebraremos en Semana Santa con artistas españoles y saharauis. Siempre hemos valorado mucho, y agradecido, el apoyo solidario del pueblo español, distinto al del Estado, que nos abandonó y sigue olvidándonos.
Babelia
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