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Las posiciones liberales se abren paso en la UE ante la pujanza económica de EEUU

La cumbre de la nueva economía se transformó ayer en un pulso entre Francia, defensora casi aislada del mantenimiento de un sector público fuerte en la economía europea, y el resto de países. Alemania, árbitro en tantas querellas comunitarias por su peso político y económico, se acercó más a las posiciones liberales lideradas por el Reino Unido y España que a las tesis de su tradicional aliado político. Los resultados de esa batalla ideológica no se conocerán hasta hoy, cuando los Quince aprueben las conclusiones del Consejo Europeo extraordinario de Lisboa.

El impresionante éxito de la economía norteamericana, que lleva ya ocho años seguidos creciendo a unas tasas de vértigo, está haciendo calar más que nunca el liberalismo económico. Europa intenta ahora ponerse a la misma altura de la mano de una nueva retórica, la que cambia las viejas apelaciones del Estado de bienestar por las más modernas de nueva economía, economía del conocimiento, o pura y simplemente, la más mágica de las palabras: Internet. Eso es lo que defendió el británico Tony Blair, laborista, apoyado en un triángulo que tiene dos patas en el sur (las que representan José María Aznar, un conservador en la cresta de la ola, y Massimo d'Alema, un comunista reconvertido), y una tercera en el norte (Bélgica), que tiene casi de todo: liberales, conservadores y ecologistas.Con ese equipo a la cabeza, en el que Aznar brilló con luz propia arropado por su mayoría absoluta recién conseguida en España, el Consejo Europeo comenzó ayer la difícil tarea de convertirse en Estados Unidos América sin dejar de ser Europa.

"Hay un amplio consenso en que la nueva economía no sólo viene de la mano de las nuevas tecnologías, sino del conjunto de la total liberalización del mercado europeo", glosó el vicepresidente y ministro español de Economía en funciones, Rodrigo Rato, cuando ya el sol empezaba a caer en Lisboa. Sólo Francia había impedido que el "casi" desapareciera de la mesa. Lionel Jospin, cada día más arrinconado por los poderosos sindicatos de su país, se negó a abrir los mercados de energía y transportes, una de las piezas clave del paquete liberalizador.

Esos sectores "no tienen una relación directa con la nueva economía y su liberalización sólo puede ser examinada desde una reflexión más amplia de la evolución de los servicios públicos de interés general, que a nuestro juicio son el corazón del modelo europeo", sostuvo el socialista Jospin, primer ministro francés, ante sus colegas. "No tiene por qué ser discutido en el Consejo de hoy", remachó.

Abrir mercados

Pero Jospin no obtuvo ahí ni siquiera el apoyo del canciller Gerhard Schröder, socialdemócrata, que se pronunció a favor de discutir el asunto y abrir esos mercados. Para Francia es una cuestión de principios que puede llevar a Lionel Jospin a dificultar el consenso en las conclusiones finales del Consejo Europeo o al menos a forzar una fórmula de compromiso que retrase la liberalización de energía y transportes. "Hemos encontrado una solución para el problema de la foto de familia y encontraremos una solución a este problema", señalaron fuentes de la presidencia portuguesa.

Schröder sí acabó concediendo a Jospin su aspiración a que se mencione el objetivo de mantener un crecimiento económico del 3%. "Pero ese objetivo será meramente político y ningún acuerdo político puede ir más allá de los acuerdos jurídicos que ya están adoptados, como el Pacto de Estabilidad", puntualizaron fuentes alemanas.

Es decir, Alemania ha acabado rebajando cualquier medida o compromiso que pueda entenderse como una licencia para cambiar la política de austeridad de las finanzas públicas impuesta para abrigar el nacimiento de la moneda única. Y por eso se ha negado también a adoptar el objetivo cifrado de elevar la tasa de ocupación desde el 61% actual al 70% en 10 años. Ayer se anunciaba ya un acuerdo sobre telecomunicaciones y las tecnologías relacionadas con Internet. La más importante es la liberalización desde finales de este año de las redes locales, que son las que fijan las llamadas para conectar a Internet.

Prudentes en lo social, los Quince no han querido tomar ninguna medida que pueda interpretarse como un recorte de los fondos destinados a pensiones y protección social, aunque han aprobado un mandato para estudiar la situación del sistema de pensiones y su proyección hasta el año 2020, para proceder luego a su modernización. Con un detalle importante: esa modernización no sería nunca a escala comunitaria y cada Gobierno será libre de acatar o no las conclusiones del dictamen de los expertos.

Más información: www.portugal.ue-2000.pt

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