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El 'off' Hollywood pisa la alfombra roja

La policía rodea el Shrine Auditorium de Los Ángeles, las medidas de seguridad de los oscars son impresionantes. Los helicópteros sobrevuelan cada cinco minutos y los detectives de la agencia Pinkerton están, como cada año, camuflados entre el personal de seguridad. "Lo que deberían vigilar es el guión de Billy Cristall", señala un columnista ante lo que todos se temen: el presentador de la gala hará sangre este año. Bruce Davis, director ejecutivo de la Academia de Hollywood, no confirma si Willie Fulgear, el chatarrero que encontró los oscars y que ayer recibió la recompensa de unos 8,5 millones de pesetas, será el invitado especial de la ceremonia. "Todavía faltan tres estatuillas; Fulgear no es sospechoso, pero la investigación sigue", afirma Davis. Mientras tanto, anoche llegaba a Los Ángeles el resto del equipo de Todo sobre mi madre. Antonia San Juan, Candela Peña, Eloy Azorín y Carlos Lozano aterrizaban desde Madrid. Cecilia Roth llegará hoy desde Buenos Aires. El ministro en funciones de Educación y Cultura, Mariano Rajoy, llegará mañana. Todos pisarán el domingo la alfombra roja, popular antesala del Shrine. Allí se codearán con los candidatos de este año. Una lista de aspirantes que, según destaca toda la prensa norteamericana, está formada por muchas caras hasta ahora desconocidas.

La voracidad de Hollywood es imparable y el off Hollywood no se ha resistido al brillo de la tentadora alfombra roja. El bombardeo de datos es continuo: Hillary Swank se aplastó el pecho con una faja, se recogió el pelo bajo un gorro de cowboy y se presentó en la prueba. Boys don't cry fue un proyecto aparcado durante tres años hasta que la joven actriz entró en escena. Hoy, esta secundaria de series de televisión para adolescentes es la musa del nuevo Hollywood. Si Sawnk, de 25 años, se lleva el Oscar a la mejor interpretación femenina será la actriz más joven en lograrlo de los últimos 10 años. "Él es el favorito", bromea uno de los 8.000 periodistas acreditados.

Haley Joel Osment, el niño de El sexto sentido, debutó en el cine interpretando a Forrest Gump de pequeño. Con casi 11 años, Osment podría compartir con Tatum O'Neal el honor del premio más joven de la historia de los oscars. Pero Tom Cruise y su personaje en Magnolia ("seduce y destruye", repite una y otra vez el actor en el trabajo más sorprendente de su carrera) amenazan con arrebatárselo.

Frente a ellos estará Michael Caine, el otro favorito al mejor actor de reparto. Caine, que en 1986 ganó un Oscar por Hannah y sus hermanas, de Woody Allen, merecería su segunda estatuilla sólo por la cara que pone cada vez que le preguntan por la campaña que los grupos antiaborto han organizado contra su personaje de Las normas de la casa de la sidra. Su interpretación de un médico de los años cuarenta que acoge a niños huérfanos y libera a las mujeres de los embarazos no deseados "sin dar consejos, sin entrar en debates morales", le está convirtiendo en blanco de los furiosos antiabortistas. "Su personaje es una glorificación indecente del aborto", dicen exaltados en un debate televisivo. "Los oscars de este año son claramente izquierdistas", añade sin rubor otro contertulio. Afortunadamente, un espectador llama al programa y cambia de tercio: "Es lamentable que la Academia desprecie siempre a los actores de comedia. Jim Carrey y su trabajo en Man on the moon deberían estar en la lista". "¿Cree que los premios son políticos?", pregunta la rubia presentadora. El oyente responde: "Los premios no son políticos; todo el sistema es político".

Desde la portada de El País Digital (www.elpais.es), tras los titulares del día, se puede acceder a los enlaces de los especiales sobre los oscars y Pedro Almodóvar.

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