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Babcock & Wilcox cobró 3.500 millones por la venta de tres parcelas contaminadas con lindane

La empresa Babcock & Wilcox obtuvo más de 3.500 millones de pesetas por la venta de parcelas contaminadas con residuos de lindane en Sestao , según censuró ayer la plataforma ecologista Lur Maitea. Babcok & Wilcox vendió hace seis años los terrenos para la instalación de dos grandes centros comerciales, ya en servicio, y se encargó luego del tratamiento de los desechos tóxicos, algo que según la ley habría tenido que ser asumido por los propietarios. Cerca de 3.500 grandes sacos de tierras con lindane están almacenados en una nave abandonada de Babcock.

Lur Maitea, la asociación que ha tramitado varias denuncias contra la celda de lindane del aeropuerto de Sondika, criticó ayer la operación que llevó a cabo en 1994 la todavía empresa pública, ahora en fase de traspaso a la firma alemana Babcock Borsig. Según los datos aportados ayer, la compañía estatal vendió en 1994 dos parcelas que suman nueve hectáreas por casi 3.200 millones a la cadena Pryca, que exigió que las licencias de actividad y obra, los cambios urbanísticos y los costes de urbanización corrieran a cargo de Babcock. Al año siguiente, la empresa de bienes de equipo traspasó otra parcela de casi una hectárea por 335 millones a la cadena de electrodomésticos Choymo."Eran terrenos que, además de cargas urbanísticas, hipotecas y suspensión de pagos, están contaminados y su valor era nulo", señalaron los portavoces de Lur Maitea. La asociación calificó además de "curioso" la forma de pago de una de las parcelas, puesto que "120 millones se abonaron con la firma de la compraventa; otros 396 mediante la cesión de capital de crédito de un préstamo que Pryca concedió a Babcock & Wilcox en abril de 1994; 463 con un cheque, más 226 de IVA, y los 648 millones restantes, dentro de los quince días siguientes a la apertura al público del centro comercial", que se produjo en 1996.

El tratamiento de los residuos de lindane se realizó al año siguiente de la operación de compraventa, en concreto entre julio y diciembre de 1995. Sin embargo, no fue llevado a cabo por los nuevos propietarios, como establece la Ley de Residuos Tóxicos y Peligrosos, sino por Babcock, que en el segundo semestre de 1995 guardó estas tierras contaminadas en su antigua nave de laminación, abandonada y también ubicada en Sestao. "Se incumple la ley de quien contamina, paga. Además, es una empresa pública la que paga lo que debieran hacer empresas privadas". Dicho almacén contiene casi 3.500 sacos de tierras con residuos de lindane, con un volumen de dos metros cúbicos cada uno, lo que supone más de 7.000 metros cúbicos de tierras contaminadas con el pesticida (ver EL PAÍS del pasado 12 de febrero).

Depósito "ilegal"

Lur Maitea incidió ayer en la "ilegalidad" del depósito, que es investigado actualmente por el Juzgado número 1 de Barakaldo tras la denuncia presentada el pasado mes de enero por la asociación ecologista. En concreto, habló de la falta del estudio y la posterior declaración de impacto ambiental, la carencia de la licencia de actividad municipal, una medición de la distancia entre la nave y núcleos de población y el nombramiento de Babcok como gestor de residuos tóxicos y peligrosos.

La plataforma aseguró ayer que el permiso de almacenamiento, firmado en junio de 1995 por un plazo de dos años y prorrogado otros dos más, se encuentra caducado. Ihobe, la sociedad ambiental pública dependiente del Gobierno vasco, aseguró en febrero que se había vuelto a prorrogar y adujo que la nave cumplía las normas establecidas. "El residuo está lo más seguro que puede estar ahora", señalaron.

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Babcock & Wilcox no quiso abordar ayer el asunto de la compraventa de los terrenos contaminados. Un portavoz oficial dijo, a título personal: "Creo que no se sabía que estaban contaminados. Nos dimos cuenta luego que había lindane y se llevaron a la nave donde están ahora almacenados".

La cadena Pryca, compradora de gran parte del suelo donde ahora tiene su hipermercado, afirmó que no tenía "constancia de que hubiera estado contaminado", dijo un portavoz. Añadió que la adquisición de los terrenos se hizo "legalmente y la construcción del centro comercial se llevó a cabo una vez tenidas las licencias pertinentes, incluidas las del Departamento de Medio Ambiente del Gobierno vasco".

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