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División en la ejecutiva de CDC sobre un eventual pacto con ERC

La ejecutiva de Convergència Democràtica dio ayer el pistoletazo de salida a la celebración en octubre de su congreso ordinario. Las diferentes intervenciones de los miembros de la ejecutiva evidenciaron la división que existe entre los dos sectores que presentarán batalla en el congreso: los partidarios de un progresivo acercamiento a las tesis de Esquerra Republicana (ERC) y los que reclaman una profunda reflexión sobre el constante goteo de votos que ha sufrido la coalición nacionalista en las últimas citas electorales, más proclives a mantener el espacio político del centro catalanista. Jordi Pujol terció en el debate pidiendo "prudencia".

El día de ayer fue un vivo reflejo de las distintas corrientes que conviven en el partido de Jordi Pujol. Por una parte, el colectivo Sinapsi, que engloba a ex miembros de las juventudes de Convergència, publicaba un artículo periodístico en el que apostaba sin tapujos por pactar con los independentistas de ERC y por dar prioridad a la política catalana. "La política española", se afirmaba, "debe tener un carácter meramente instrumental y subordinado". En cambio, por la noche el sector moderado de CDC, agrupado en la Fundación Barcelona, celebró una cena a la que asistió, entre otros, el ex consejero de Economía, Macià Alavedra.Frente al tono triunfalista que utilizó el secretario general de CDC, Pere Esteve, en su informe ante la ejecutiva para valorar los resultados de CiU en las cuatro últimas elecciones, se alzaron otras voces que reclamaron una serena reflexión sobre la pérdida de apoyo electoral (200.000 votos menos en las generales). Por ejemplo, la del ex consejero de Bienestar Social Antoni Comas o la de Antoni Fernández Teixidó.

Esteve planteó un balance sumamente positivo de su gestión, tanto en su vertiente ideológica como de resultados electorales, y anunció que se presentará a la reelección en el congreso de octubre. Hasta entonces, el secretario general declaró en rueda de prensa que fomentará el debate interno en el partido, aspecto que ya se manifestó en la ejecutiva.

Los consejeros de Presidencia y de Enseñanza, Joaquim Triadú y Carme Laura Gil, respectivamente, y el parlamentario Jordi Rull se mostraron partidarios de alcanzar un acuerdo de gobierno con ERC que se plasmaría por primera vez en el debate de presupuestos. Rull incluso apostó por superar la "mutua incomprensión" que existe entre la formación independentista y CiU, y Triadú constató la escasa predisposición de los independentistas por negociar alianzas programáticas.

El cabeza de lista de las generales, Xavier Trias, realizó una defensa numantina de los resultados del 12-M -la ejecutiva le arropó con un cerrado aplauso- aunque se interrogó por las razones de no haber obtenido 17 escaños, tal y como apuntaban las encuestas internas del partido. Por su parte, Joaquim Molins, se sumó a esta reflexión destacando los pésimos resultados en las municipales de Barcelona y el incremento de la abstención por parte de los simpatizantes de CiU. En este sentido, Fernández Teixidó pidió que se analice este comportamiento y también los cambios en el escenario político español y catalán.

Pujol tuvo que intervenir en el debate para pedir prudencia y aconsejar que nadie se precipitara.

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Artur Mas negociará el apoyo del PP a los presupuestos

En su intervención, el presidente de la Generalitat y de Convergència hizo un profundo análisis sobre la actual coyuntura política. Respecto al Gobierno central se reiteró en su estrategia de "esperar y ver" la amplitud de la oferta de diálogo lanzada por el Partido Popular. Posteriormente, Esteve, en su comparencia ante los medios de comunicación, anunció que con toda seguridad la coalición nacionalista se abstendría en el debate de investidura de José María Anzar, aunque apuntó que CiU veía con preocupación algunos movimientos de los conservadores. En este sentido, enumeró la intención del PP de recuperar el decreto de humanidades o las pocas posibilidades de reducir el déficit fiscal de Cataluña.En la rueda de prensa, el secretario general de CDC informó de que la ejecutiva se había manifestado a favor de dar prioridad a un pacto con ERC en el Parlament y que incluso el propio presidente asumiría personalmente las negociaciones. El primer paso sería la aprobación de los presupuestos. Ayer, el Consell Executiu de la Generalitat estudió la estrategia que utilizará CiU en la negociación con Esquerra y el alcance de la alianza.

No obstante, hasta ayer la única formación política que había recibido una oferta concreta de diálogo fue el Partido Popular. El consejero de Economía, Artur Mas, se entrevistará el jueves con una delegación de los conservadores para presentarle el proyecto de presupuestos de la Generalitat para el año 2000. Mas, que ayer reveló los grandes rasgos de las cuentas del Gobierno catalán en la reunión del Consell Executiu, confía en que los presupuestos saldrán adelante con el apoyo del PP y en que Esquerra Republicana acabará, como mínimo, absteniéndose.

Ante las dudas que asaltaron a la ejecutiva de CDC sobre la predisposición de los independentistas a apoyar los presupuestos, y a la expectativa de posibles pactos con el PP en Madrid, la coalición nacionalista aspira a repetir la opción que favoreció la investidura de Jordi Pujol: el apoyo del PP y la abstención de ERC.

En principio, ambas formaciones se muestran abiertas a repetir la operación. Los conservadores pretenden evidenciar su "utilidad" como garante de la estabilidad en Cataluña, a pesar de que el PP dispone de mayoría absoluta en el Congreso. Por su parte, ERC mantiene su apuesta en favor del pacto tripartito, pero la mayoría de los dirigentes asumen que es prácticamente imposible formar una nueva mayoría que tenga el respaldo de CiU, el PSC y ERC.

Al cierre de esta edición, la ejecutiva de Esquerra estaba reunida, aunque varios dirigentes significativos daban por seguro que Esquerra aceptará el diálogo con CiU y, en aras de la equidistancia, no ven con malos ojos la posibilidad de abstenerse en la votación de los presupuestos.

De momento, sin embargo, la única reunión prevista es la que el jueves celebrará Artur Mas con el PP. La delegación conservadora la formarán los diputados Dolors Nadal, Josep Curto y Josep Maria Fabregat. El presidente regional, Alberto Fernández Díaz, no intervendrá en las primeras negociaciones.

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