El dulce líquido del desierto

Los descubridores de América se la encontraron en México y, como pasó con la patata o el cacao, la introdujeron en España. Pero nunca gozaría de la misma relevancia y aceptación que estos dos últimos productos, convertidos en los reyes de cualquier despensa. La chumbera, símbolo por derecho propio de tierras secas hostigadas por el sol, quedó relegada a un reinado solitario entre terrenos agrestes, cunetas de carretera o cerros olvidados.Cuajada de pinchos traicioneros que le ayudan a sobrevivir en espacios duros donde la lluvia es una referencia lejana de otras tierras, la chumbera es una planta humilde. Olvidada por muchos, se ha resignado a cumplir orgullosa su papel de elemento paisajístico.

Pero este raro cactus que llegó del desierto mexicano encierra en sus frutos anaranjados toda una explosión de refrescante sabor. Lo saben quienes se atreven a afrontar la amenaza de los pinchos que caracterizan a la planta y arrancan los chumbos del verde de las pencas, para alegría de sus paladares.

El consumo, nunca masivo, de chumbos o la utilización de la planta para abastecer al ganado, a falta de otro manjar, han sido tradicionalmente los dos usos más generalizados que se le han dado a la chumbera, obviando otras posibilidades.

Diego Gómez Pérez, un ingeniero técnico agrícola almeriense, creció acostumbrado a ver por doquier la estampa de las chumberas. Y encauzó su curiosidad profesional hacia la planta que ofrecía uno de los más sabrosos frutos del desierto.

Así fue como, tras más de dos años de pruebas, investigaciones y experimientos, surgió Opuntia -denominación latina de la chumbera- un novedoso licor llamado a convertirse en el dulce líquido que manó de la tierra sin agua.

Desde agosto del pasado año Diego Gómez Pérez, SL, se ha convertido en una empresa que ofrece un producto tan original como bien aceptado en el tiempo que lleva en el mercado. Instalados en una nave cedida por la Escuela de Empresas El Moralillo, en Alhama de Almería, las tres personas que conforman la empresa han dado con la clave de la elaboración, absolutamente artesanal, de un licor desprovisto de cualquier tipo de esencia o añadido artificial.

El licor de chumbo -un digestivo que se aconseja tomar muy frío- ya se puede encontrar en establecimientos de hostelería, confiterías o tiendas especializadas de Almería. La empresa que lo elabora tiene previsto ampliar el mercado y la producción. Pretenden duplicar la cifra de las 5.000 primeras botellas que ya están en circulación.

"El proyecto surgió como respuesta a una inquietud que teníamos. Desde pequeño estás viendo las chumberas y llega un momento que te preguntas qué es lo que se puede hacer con eso. Así fue como nos lanzamos a esto", explica Diego Gómez.

Arropados por el apoyo recibido de la Dirección General de Cooperativas de la Consejería de Trabajo, la Escuela de Empresas El Moralillo que dirige Bienvenido Faura, y el programa Leader Alpujarra, esta joven empresa está ahora a la espera de recibir la correspondiente autorización para asistir a la Feria del Gourmet, que se celebra el próximo mes en Madrid.

Los chumbos se pelan a mano -las hermanas Carmen y Mari Luz Cantón son, junto a otras compañeras de labor, expertas profesionales en esquivar pinchazos-, después viene la maceración y, al final, se obtiene el Opuntia, un dulce licor apto para los paladares más exquisitos.