Las asociaciones agrarias reclaman a Bruselas ayudas especiales por la sequía
La ausencia de lluvias de este invierno ha provocado ya las primeras reacciones de las asociaciones agrarias, que temen que el campo andaluz vuelva a registrar un fuerte descenso en sus ingresos, como en la pasada campaña. UPA y Asaja han coincidido en reclamar a la Comisión Europea una ayuda especial que restituya la precaria situación financiera de muchos agricultores y ganaderos españoles. COAG valora en más de 20.000 millones la merma de ingresos por las cosechas de cereal y remolacha malogradas este año por falta de agua.
La campaña 1998-1999, una de las más secas de este siglo, se cerró con lluvias en septiembre que vaticinaban una temporada más fructífera para el campo andaluz; pero los tres últimos meses han sido parcos en precipitaciones y el agua almacenada en los embalses ha seguido descendiendo vertiginosamente. Las asociaciones agrarias han visto las orejas al lobo de la sequía y, tras la experiencia de la campaña pasada -los ingresos bajaron en 230.000 millones y las ayudas públicas por la falta de lluvias sumaron 4.000 millones-, han decidido adelantar sus reivindicaciones. En la mesa del director general de Agricultura de la Comisón Europea, José Manuel Silva, ya hay peticiones para que Bruselas apruebe ayudas especiales para paliar la situación financiera (ante la inexistencia de un seguro de sequía muchos tuvieron que recurrir a préstamos) en la que quedaron agricultores y ganaderos tras la pasada campaña. El secretario regional de UPA, José Luis Gutiérrez, recordó el pasado martes en conferencia de prensa que Portugal ya había recibido fondos comunitarios extraordinarios en 1995 por pasar una situación de sequía prolongada.
Asaja, a través de un comunicado, apoyó la reclamación ante la Unión Europea en otro precedente: la Comisión concedió, a finales de febrero, una ayuda especial a los agricultores franceses afectados por las inundaciones de principios de invierno. "La sequía, al igual que los huracanes o las inundaciones, es un fenómeno climatológico que causa gravísimas pérdidas a nuestra agricultura", apunta Asaja.
Las primeras estimaciones elaboradas por COAG al final de la semana pasada ya señalaban que la falta de lluvia en los últimos meses había ocasionado una merma de ingresos de 20.256 millones en esta campaña, cálculo con el que coinciden las otras asociaciones agrarias.
Cereales y remolacha
Los daños agrícolas, según la COAG, se concentran en el cereal de invierno ( 11.242 millones) y en la remolacha de secano (3.978 millones), mientras que las pérdidas en la ganadería se deben al sobrecoste que deben soportar las explotaciones por la ausencia de pastos que han de sustituir con forraje. Sevilla, Cádiz y Córdoba son las provincias más afectadas.
Si las lluvias siguen sin aparecer, la situación del campo andaluz se tornará aún más preocupante. A los daños que ya registró el secano la pasada campaña se sumarán ahora las pérdidas de cosechas en regadíos; la escasa cuantía de agua almacenada en los embalses andaluces (sobre el 35% de su capacidad) ya ha obligado a la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir a restringir la dotación de riego (de los habituales 6.500 metros cúbicos por hectárea a 3.000) y se esperan decisiones similares de la Confederación Hidrográfica del Sur.
Un nuevo descenso en los ingresos complicaría notablemente la situación financiera de las explotaciones familiares que acudieron a préstamos para hacer frente a los desajustes provocados por la falta de lluvias de la pasada campaña. El consejero de Agricultura, Paulino Plata, ya había anunciado que su departamento estudiaba fórmulas para plantear a las confederaciones hidrográficas un sistema de distribución de las dotaciones de riego que garantizara el agua para las pequeñas y medianas explotaciones.
En esta línea, José Luis Gutiérrez hizo pública el lunes la propuesta que su asociación llevará a la próxima comisión de desembalse de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir para "modular el agua". UPA pretende que se garantice el riego para los cultivos que generan más jornales por hectárea (fresa, invernaderos, hortícolas, frutales), se prohíba la práctica del riego a manta y se de prioridad a los cultivos que no reciban ayuda por superficie.
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