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El Gobierno catalán y los municipios regulan las antenas de telefonía móvil

El Departamento de Medio Ambiente y Localret, un consorcio creado en 1997 con el objetivo de velar por los intereses municipales ante las grandes operadoras de telecomunicaciones, presentaron ayer la primera propuesta de regulación de telefonía móvil que se acuerda en Cataluña. Esta norma se incorporará a las ordenanzas municipales de cada localidad en la que una operadora quiera instalar una antena.

La propuesta de norma, que incluye distancias mínimas de protección y medidas de prevención de impacto ambiental, se hará efectiva a través de un decreto de la Generalitat. Antes de dar ese paso, indicó ayer el consejero de Medio Ambiente, Felip Puig, se pretende establecer un "marco transitorio" que permita a las operadoras incorporarse al proceso de adecuación a la norma y, al mismo tiempo, formentar la aprobación de reglamentos específicos en cada municipio.El origen de la norma, precisó Xavier Marcet, director general de Localret, es el temor a "una explosión descontrolada" en la instalación de nuevas antenas. Según las previsiones de Medio Ambiente y Localret, el número de antenas actualmente en servicio, alrededor de 2.500, podría multiplicarse por cuatro u ocho en un futuro inmediato.

Este incremento, estimado en 7.000 nuevas antenas para los próximos meses, "debe ser regulado", puntualizó Jordi Valls, presidente del consorcio, de modo que se "minimice su impacto visual y ambiental" y se limiten los posibles peligros derivados de la concentración de campos electromagnéticos. En la actualidad no existe ninguna normativa específica que fije cómo deben instalarse las antenas para teléfonos móviles ni sus características técnicas. Pese a ello, "sólo entre un 5% y un 10%" de las antenas ya instaladas", según Marcet, deberán ser modificadas.

La normativa aprobada fija las distancias mínimas de protección sobre núcleos habitados en función de la potencia de la antena. Para antenas de entre 100 y 1.000 vatios, el mínimo establecido es de 10 metros. Si la potencia de la antena es superior al millón de vatios, la distancia deberá ser de 250 metros.

Campos electromagnéticos

Del mismo modo, la norma establece niveles básicos de protección frente a la exposición a campos electromagnéticos, de acuerdo con lo establecido por la Unión Europea sobre este tipo de radiación.

Cuando las antenas se instalen en suelo urbano, la decisión sobre el lugar y las condiciones corresponderá, indicó Marcet, a los ayuntamientos. La operadora deberá someterse a las limitaciones que imponga el consistorio, entre las que se prevé el respeto a edificios de interés histórico.

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