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ANDROLOGÍA La calidad del semen no se ha alterado desde hace 50 años

Un nuevo estudio sobre la calidad del semen demuestra en este caso que, al menos en los varones estadounidenses, es igual hoy que hace 50 años. "La importancia del hallazgo es que se ha publicado mucho en la prensa sobre que la cantidad de espermatozoides había disminuido, y la gente pensaba que había algún tipo de elementos tóxicos ambientales que afectaban a esa cantidad, así que estudiamos un número verdaderamente elevado de recuentos de espermatozoides [...] y todo en nuestro estudio indica que no, que la cantidad de espermatozoides del hombre medio no está cambiando", afirma una de las autoras del estudio, Rebecca Sokol, del hospital maternoinfantil de la Universidad del Sur de California en Los Angeles.Sokol y sus colegas observaron muestras de semen de 1.385 hombres de la zona de Los Angeles durante un periodo de más de tres años, entre 1994 y 1997. En el momento en que se tomaron las muestras, estos hombres eran pareja de mujeres que habían solicitado tratamiento de fertilidad.

Examinando las anormalidades del semen y la cantidad total de espermatozoides, los investigadores descubrieron que de la mitad que presentaban alguna anormalidad en los espermatozoides, el 51% se debía a problemas de movilidad. Otro 18% tenía una concentración anormal de espermatozoides, y el 14% tenían espermatozoides con formas anormales. Estos resultados se publican en la edición de marzo de la revista Fertility and Sterility.

Controversia

Según Sokol, la preocupación sobre el descenso potencial de la calidad del semen entre los hombres del mundo industrializado es objeto de una "enorme controversia". Señala que la cuestión fue suscitada en 1992 por un investigador europeo -E. Carlsen- que había analizado datos de semen procedentes de estudios realizados entre 1961 y 1991, y los había comparado con otro estudio de 1951.

Carlsen había llegado a la conclusión de que en los últimos 50 años, no sólo había disminuido el número de espermatozoides, sino también su calidad, pero que la causa tenía que ser ambiental -debido a las sustancias tóxicas emitidas por la producción industrial- dado que el tiempo transcurrido era demasiado escaso para atribuir el cambio a una causa genética.

Pero Sokol afirma que este nuevo estudio demuestra que esta hipótesis es incorrecta. "Yo investigo específicamente sobre sustancias tóxicas ambientales, así que si había una persona predispuesta a darle la razón, esa era yo. Pero sencillamente no es verdad", afirma. "La importancia de este estudio es que lo realizó un solo laboratorio y todo el análisis de semen se hizo por el mismo procedimiento, de forma que se puede descartar un error del laboratorio".

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