Una exposición presenta en Vitoria la obra de los vanguardistas españoles que emigraron a París

París ha sido el referente mítico para los artistas españoles de este siglo. Hasta la meca de la creación había que acudir inevitablemente si se quería tener un lugar en el olimpo de los grandes pintores y escultores. La muestra que inauguró el jueves pasado la Fundación Caja Vital, titulada Pintores españoles del siglo XX en París, pretende ofrecer un repaso a la obra creada por decenas de artistas españoles que durante esta centuria han recalado en la capital francesa, desde Picasso o Miró hasta Bores o Benjamín Palencia. La exposición se clausurará el próximo 2 de abril.

La vinculación y deuda que de siempre ha tenido la cultura europea con Francia se acentuó en el siglo XIX con el Romanticismo y la popularización de los salones artísticos y, ya a comienzos del XX, con la presencia de los principales valedores de las vanguardias en la capital francesa.Hasta París, en distintos momentos, acuden artistas de todos los países europeos en busca de lo último: italianos, letones, lituanos, rusos (sobre todo, después de la Revolución de 1917), alemanes, holandeses, españoles,... Buscan el ambiente de las vanguardias, pero también el excelente mercado (a principios de siglo, París contaba con unas 130 galerías y salones de arte). Aquellos peregrinos en busca de fortuna artística son nombres ahora imprescindibles en la historia del arte de este siglo, como Modigliani, Malevich, Pascin, Vèrtes, Chagall, Miró o Picasso, que son adoptados por el poderoso ambiente artístico de París.

Y con estas primeras figuras, también se presentan en la capital francesa otros artistas que persiguen ese nuevo lenguaje pictórico. Muchos de ellos sobrevivieron en condiciones durísimas (la ayuda de Picasso a Ginés Parra es digna de elogio), y sobreviviendo en oficios cercanos, como pintar los carteles anunciadores para las salas de proyección de películas.

La exposición que desde el jueves se presenta en Vitoria recoge 77 obras de 26 autores que ofrecen un recorrido completo por el arte español hasta mediados de siglo, con obras en su mayor parte provenientes de colecciones privadas.

El comienzo lo pone Picasso que está acompañado de los dos mirós que aporta la Caja Vital. Frente a ellos, hay una serie de obras de Pancho Cossío. El resto de esta primera sala, donde se encuentran los principales, lo completan Antonio Clavé, Benjamín Palencia y Francisco Bores, pintores que, junto con el burgalés, afincado en Zaragoza, Fermín Aguayo, participan de los primeros movimientos vanguardistas desde España.

Escuela atípica

Hay que tener en cuenta que no se trata de una escuela tradicional. A todos estos artistas lo que les une es el origen común, su calidad de extranjeros en París y su inmensa curiosidad. Luego cada cual irá por su camino, como bien refleja esta muestra. Además, no todos los pintores pertenecen a la misma generación, con lo que las distancias estilísticas aumentan.

Ahí están, por ejemplo, Iturrino o Martínez Ortiz, de origen vasco y que practican una pintura claramente regionalista que no tiene nada que ver, en principio con la labor pictórica Vázquez Díaz o Ginés Parra. Este último, de una biografía interesantísima (de origen humilde, sin estudios, tuvo mil oficios y llevó la bohemia al extremo), fue una especie de ahijado de Picasso que le protegió siempre que tuvo alguna necesidad, admirado como estaba el maestro malagueño de la fuerza de aquel autodidacto.

Eso sí, no están todos los artistas españoles que trabajaron en París. La dificultad de recoger obra propvenientes de colecciones privadas de firmas prestigiosas como Juan Gris, Dalí o Gargallo ha influido en ello.

Pero la exposición Pintores españoles del siglo XX en París salva estas ausencias con dignidad. Ofrece un recorrido por una expresión artística que se rebeló contra el academicismo imperante en la pintura española de los inicios de este siglo y supuso una bocanada de aire fresco para los que se quedaron en la Península, como hoy trasmite el recorrido por estos 77 cuadros.