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La UCI ya alertó hace un año sobre la inseguridad de la Vuelta a Argentina

El informe oficial de la UCI sobre la Vuelta a Argentina del año pasado ya recogía graves deficiencias de seguridad. Tantas que, según el reglamento, deberían haber provocado su exclusión de la lista de carreras profesionales. Sin embargo, la prueba se mantuvo este año, con trágicas consecuencias: el ciclista español Saúl Morales murió en la etapa del lunes, tras ser arrollado por un camión. La indignación general contra los organizadores no impidió que la carrera continuara ayer. Sólo se retiró el Fuenlabrada, el equipo del fallecido.

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Dolor y caras llorosas en Fuenlabrada

Entre las irregularidades detectadas por la UCI en la Vuelta a Argentina 99 aparece "la circulación de vehículos particulares no detenida entre el paso de la cabeza y la cola del pelotón", "la falta de protección a corredores rezagados", "puntos peligrosos sólo parcialmente señalizados" o "ambulancia mal equipada". Según la reglamentación de la UCI, suficientes como para descender de categoría a la prueba. Como la Vuelta a Argentina ya estaba en el último escalón permitido para profesionales (clase 5), según el reglamento, la prueba debería haberse suspendido o limitarse a contar exclusivamente con ciclistas aficionados.Pese a la muerte de Saúl Morales, la carrera no se suspendió. Sólo se anuló la etapa del lunes y se suspendió la de ayer por la mañana que debía correrse entre las ciudades de San Juan, en el oeste del país, y Ullum. La carrera, simplemente sin el Fuenlabrada, que regresó a España, se reinició por la tarde con una contrarreloj de 28 kilómetros. Según el argentino Ángel di Lucca, máximo responsable de la organización, continuar "fue una decisión unánime de los ciclistas". Todos los equipos decidieron donar el dinero de los premios de las etapas del lunes y de ayer a la familia Morales. El español Enrique González Martínez, jefe de los comisarios internacionales, dijo que la UCI, "recomendó seguir con la carrera".

Ahora la mayoría de los participantes admiten que temían lo peor por la cantidad de fallos en la seguridad de la carrera. Según Martín Garrido, corredor argentino del Fuenlabrada, "aquí no tienen conciencia de los riesgos que se corren, pero los que competimos en Europa nos damos cuenta de las gravísimas faltas en la seguridad de la carrera". Ya el año pasado, durante la primera edición de la Vuelta organizada por Di Lucca, el equipo Relax Fuenlabrada decidió retirarse de la competición tras presentar sus protestas. Garrido recuerda que "todo estaba mal" y el equipo reclamó por eso: "Cada día había problemas, con el alojamiento, la comida, el circuito, las rutas y sobre todo la seguridad, pero los argentinos y algunos corredores de otros equipos se arriesgaban igual. No había unanimidad en la protesta y a nosotros nos trajo consecuencias. Por eso este año resolvimos no protestar tanto. Este debe ser un problema de todos. Uno cree que no volverá a correr en estas condiciones, pero luego piensas que vale la pena, que es una carrera que puntúa internacionalmente, que sirve para probar y al fin todo termina en una tragedia. Está claro que así no se puede seguir. Ahora mismo no comprendo como no se retiran todos los equipos. A nadie parece importarle la vida de los compañeros".

José Ramón Audisio, de 60 años, el conductor que arrolló a Morales, permanecía detenido en la comisaría de Caucete, San Juan, a disposición del juez Ernesto Kerman, que probablemente va a ordenar su excarcelación mientras se instruye el proceso en el que se le acusa de "homicidio culposo" (sin intención de cometer el crímen) y por el que podría corresponderle una pena de entre tres y seis años de prisión.

Desde España se exigieron ayer más medidas de seguridad para evitar muertes como la de Saúl Morales. José Rodríguez, presidente de la Asociación de Ciclistas Profesionales (ACP), informó que en los próximos días va a enviar a la UCI un proyecto para la aprobación de un código internacional de señalización de puntos peligrosos en carreras ciclistas. Rodríguez criticó a la UCI, en cuyo reglamento no se contempla ninguna medida concreta de seguridad: "Se limita a indicar que el organizador de la carrera debe velar por la seguridad".

El presidente de la ACP aseguró que "hay que reforzar la seguridad de los ciclistas". Rodríguez desveló que, con ese objetivo, la ACP presentó al Consejo de Ciclismo Profesional el pasado mes de octubre un informe con una lista de medidas para mejorar la señalización y reducir el peligro en las zonas conflictivas. "El reglamento de la UCI es muy escueto en lo que se refiere a medidas de seguridad", afirmó también Víctor Cordero, secretario del Consejo de Ciclismo Profesional.

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