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Reportaje:Elecciones 2000

Sobrevivir al tabaco

Una asociación española de afectados por el cáncer de laringe demanda a la industria para invertir en la rehabilitación de ex fumadores

Carlos Prats no respira ni por la boca ni por la nariz. "Podría ganar cualquiera de esos concursos del beso más largo", bromea con la vitalidad propia de quien ha visto muy cerca la muerte. A sus 52 años, Prats sobrevive a un cáncer de laringe, enfermedad causada por las dos cajetillas de cigarrillos que venía fumando desde la adolescencia, adicción por la que hace cuatro años tuvo que pagar una cara factura: extirpación de la laringe y de las cuerdas vocales y apertura de un orificio en el cuello (traqueostoma) que le permite seguir respirando gracias a un conducto que le conecta a los bronquios.Prats es uno de los miles de afectados por el tabaco que hay en España -se conocen los más de 40.000 fallecidos anuales, pero no las decenas de miles que resisten con patologías tabáquicas- y forma parte de la Asociación Española de Laringectomizados y Mutilados de la Voz, entidad radicada en Barcelona que ha puesto en manos de abogados la primera demanda colectiva en España contra la industria tabaquera. Consideran probada la relación entre su enfermedad y el consumo de cigarrillos. Según las estadísticas médicas, el 90% de los cánceres de pulmón y el 70% de laringe o esófago, entre otras enfermedades, son atribuibles directamente al tabaco, así como uno de cada tres infartos.

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Prats trabajaba de diseñador industrial en una empresa de gafas y para él la voz era herramienta básica en su profesión: "Me pasaba horas en reuniones en las que explicaba a los técnicos cómo crear moldes de monturas", explica. Empezó a fumar a los 16 años y durante los 30 siguientes su adicción no bajó de los dos paquetes diarios. Un día se quedó afónico. "Es el primer síntoma", asegura, "y poco más tarde me detectaron un pólipo canceroso en el cuello". Tras varias sesiones de radioterapia, el cáncer se extendió y tuvieron que extraerle la laringe y las cuerdas vocales. Se quedó mudo, pero sobrevivió. Un gran porcentaje de enfermos no pasa del quirófano o fallece a los dos años de la operación.

Existe una treintena de asociaciones de laringectomizados por toda España. La radicada en Barcelona cuenta con 650 socios, personas que han perdido la voz. La abrumadora mayoría son hombres de entre 50 y 65 años que luchan para normalizar su situación. Prats denuncia: "Si te rompes una rodilla, la Seguridad Social te arregla la fractura y luego te ofrece rehabilitación hasta que andas. Sin embargo, a nosotros nos cortan el cuello, nos quedamos sin voz, y ahí te arregles".

Los laringectomizados se reú-nen todas las tardes en su local para aprender de nuevo a hablar. Hay tres niveles: en el primero se aprenden las sílabas; en el segundo, las palabras; y en el tercero, las frases. Suelen ser siete u ocho grupos de diez personas que, alrededor de una mesa y una pizarra, aprenden a modular sus eruptos, con la ayuda de aguas carbónicas, hasta conseguir hablar con cierta nitidez. Los profesores son socios veteranos y no tienen ninguna ayuda médica.

El presidente de la asociación, el ex maquinista de Renfe Andrés Moreno, asegura que con la demanda que presentarán en las próximas semanas contra las empresas tabaqueras la asociación persigue "una indemnización económica que permita seguir haciendo esta importante labor". Desde el Ministerio de Sanidad nadie ha sabido explicar por qué motivo estas personas no reciben ningún apoyo público.

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La iniciativa de los laringectomizados tiene la simpatía del Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo, que agrupa a 21 sociedades científicas, así como la de muchos médicos especialistas que tratan a diario con miles de personas con cánceres relacionados con el tabaco.

Es el caso del mallorquín Ferran Morell, jefe del servicio de Neumología del hospital Vall d'Hebron de la capital catalana. Morell es conocido entre los profesionales de la salud pública por una conferencia en la que dejó a un lado los centenares de pacientes con cáncer de pulmón y se dedicó a enumerar los amigos, familiares y conocidos suyos que han fallecido a causa del tabaco. La conclusión personal fue contundente: "A una cierta edad, es brutal la cantidad de gente que conoces que muere prematuramente por fumar".

Morell, que cuando empezó a trabajar hace 25 años pasaba consulta con un puro habano en la boca, asegura que está demostrado que la manera más eficaz de que una persona deje de fumar es por prescripción médica Y, dice, hay que hacerlo con tacto, pero también con contundencia. Muchos médicos como él tienen la fórmula: abrir el cajón y entregar al paciente un folio con la siguiente información: "Cada cigarrillo acorta 5,5 minutos la vida del fumador; el tabaco es la causa de algunas enfermedades pulmonares graves e irreversibles; es la causa del 90% de los cánceres de pulmón y del 30% de los infartos de miocardio y de muchas enfermedades vasculares". Más abajo, la parte positiva: "Si deja de fumar: vivirá más tiempo, aumentará la capacidad pulmonar, disminuirá su presión arterial, eliminará la tos y sentirá mejor los olores y el gusto".

El 14% de la mortalidad se debe al consumo de cigarrillos

En España, al igual que en los demás países desarrollados, el consumo de tabaco es la principal causa aislada de mortalidad prematura y evitable. Según el último informe sobre la salud de los españoles elaborado por el Ministerio de Sanidad, es responsable del 14% de la tasa global de mortalidad.Las frías estadísticas deberían sobrecoger a los cerca de 12 millones de fumadores que hay en España, el 36% de la población mayor de 16 años. La adicción, según diferentes estudios, acostumbra a iniciarse sobre los 13 años.

Las normativas que se aplican en España para luchar contra el tabaquismo se refieren básicamente a tres áreas: las advertencias sanitarias en el etiquetado de los paquetes de cigarrillos, la limitación en los espacios públicos para fumar y la limitación de la publicidad de productos y marcas.

Respecto a las advertencias, la normativa europea obliga a que las cajetillas pongan la leyenda de que el tabaco perjudica seriamente la salud. Ahora, Bruselas debate modificarla para que diga fumar mata, en una etiqueta con fondo negro.

En cuanto a la limitación de los espacios públicos, el decreto de 1991 que prohibía fumar en los vuelos peninsulares se ha ampliado recientemente a todos los vuelos con destino y origen en España. Esta prohibición también se ha extendido de los autobuses urbanos a los interurbanos. La reserva de espacio del 50% para fumadores en los trenes de Renfe se redujo el año pasado al 36%, porcentaje equivalente a la población española fumadora.

Ya prohibidos los anuncios de tabaco en las cadenas de televisión, la pauta en publicidad viene ahora marcada por la directiva europea aprobada en 1998, que prevé su eliminación progresiva hasta el año 2006.

El director general de Salud Pública del Ministerio de Sanidad, Juan José Francisco Polledo, explica que las competencias en materia de prevención están compartidas con las comunidades autónomas que tienen transferidas, total o parcialmente, la sanidad. Francisco Polledo destaca dos campañas en el territorio del Insalud: "Hemos hecho una entre los profesionales sanitarios que ha reducido su consumo y es muy importante por su carácter ejemplificador. También llevamos a cabo la campaña Corta por lo sano, con materiales de apoyo para que los pacientes dejen de fumar, así como una campaña de anuncios por televisión".

Francisco Polledo niega que en la decisión del Gobierno español de no apoyar la directiva europea de restricción de la publicidad del tabaco prevalecieran los criterios de la industria sobre los intereses sanitarios. "El ministro estaba a favor de estas medidas, pero al final se quiso buscar un consenso que nos llevó a la abstención".

Ésta ha sido una de las decisiones que más ha indignado al Comité Nacional de Prevención del Tabaquismo (CNPT). Su portavoz, el cardiólogo Víctor López, del hospital sevillano Virgen Macarena, explica los esfuerzos que los médicos de sus 21 sociedades científicas realizan en Bruselas para concienciar a los diputados españoles para que apoyen todas las medidas dirigidas a reducir el consumo de tabaco: "Gastamos muchos esfuerzos en informarlos, pero la industria tiene un gran poder y siempre presenta alegaciones a cualquier iniciativa legal".

Víctor López valora los esfuerzos que ha realizado el Ministerio de Sanidad durante estos últimos cuatro años, "pero no entiendo por qué no tienen presupuesto para una de las principales causas de muerte en España", apunta. Además de la postura titubeante en Bruselas por parte del ministro de Sanidad, a los miembros del comité antitabaco les indigna que el presidente del Gobierno, José María Aznar, reciba al Club de Fumadores por la Tolerancia y se niegue a recibir a las 21 sociedades científicas que conforman el CNPT. López lo califica de "signo doloroso" y lo contrapone a la postura del príncipe Felipe, quien hace dos años recibió al comité. "Se mostró muy interesado por el problema del tabaco en España y nos demostró un gran conocimiento del tema", señala el portavoz del comité.

A las siniestras estadísticas de salud se añaden los costes económicos. Sanidad calcula en 250.000 millones de pesetas los gastos sanitarios ocasionados por las estancias hospitalarias, a lo que habría que añadir los producidos por la asistencia extrahospitalaria, la factura farmacéutica, las pensiones de invalidez, el absentismo laboral, etcétera.

La Asociación Empresarial del Tabaco, la patronal española, no ha querido ofrecer su opinión, alegando que no tenía interés en debatir cuestiones de salud.»

EN OTROS PAÍSES

Europa prohíbe la publicidad a partir de 2006

Sin llegar al ejemplo estadounidense, con políticas claramente restrictivas hacia los fumadores y sentencias billonarias contra la industria, la Unión Europea está cada vez más alineada con posiciones de intervención directa para reducir el consumo del tabaco y la prevención en menores.Así lo demuestra la última directiva aprobada en 1998 sobre regulación de la publicidad y, ahora, la que se prepara en Bruselas sobre la elaboración del tabaco, uno de cuyos objetivos es disminuir la nicotina y el alquitrán de los cigarrillos, así como endurecer los mensajes del etiquetado.

En el horizonte más inmediato, la directiva sobre publicidad establece la prohibición total de anuncios directos (prensa, radio y televisión) en 2002, de la publicidad indirecta (productos como ropa de vestir) en 2003, así como el patrocinio de conciertos o eventos deportivos a partir de 2006. Es decir, se eliminará toda publicidad sobre el tabaco, cuando ahora sólo está prohibida en televisión.

El Gobierno español se ha desmarcado inicialmente de esta tendencia. El ministro de Sanidad, al igual que su homólogo austriaco, se abstuvo en la votación de la directiva en Bruselas. España es, además, uno de los países más retrasados en la trasposición de la normativa europea, que igualmente deberá aplicar. Ya existe un borrador inicial de adaptación al nuevo marco legal, pero el criterio que parece imponerse es agotar los plazos hasta el año 2006.

Alemania es más reticente. A raíz de la presión de los grupos mediáticos germanos por la pérdida de anuncios, este país votó en contra de la directiva y ahora la tiene recurrida en el Tribunal de Luxemburgo.

Los nacionalistas, sensibilizados con los fumadores pasivos

CiU y PNV han demostrado en el Gobierno de sus respectivas autonomías que tienen sensibilidad, al menos formal, en la lucha contra el tabaquismo. Por ejemplo, hace años que en Cataluña y en el País Vasco está prohibido vender cigarrillos a los menores de edad, cuestión a la que cada día se suman más comunidades a medida que reciben competencias plenas en Sanidad. La legislación central prohíbe vender tabaco a los menores de 16 años. También es cierto que los Gobiernos nacionalistas reciben muchas críticas en sus territorios por no establecer medidas sancionadoras aplicables y, asimismo, por el escaso presupuesto que dedican a campañas de prevención.En cualquier caso, CiU y su cabeza de lista, el médico y exconsejero de Sanidad, Xavier Trias, han sido algo más generosos en este asunto, siendo el único partido que muestra en su programa preocupación por la protección de los fumadores pasivos: "Se introducirán los mecanismos que permitan avanzar en la defensa de los derechos de los no fumadores y se limitará la publicidad y la promoción comercial del tabaco".

El diputado Jordi Jané aún va más lejos cuando dice que su partido apuesta por "limitar la venta de cigarrillos a los estancos, tiendas especializadas en los que se debería concentrar la comercialización y en donde el fumador ejerza responsablemente su libertad".

Apoyo a las restricciones, pero al margen del programa

"Por olvido". Éste es el motivo por el que, según Ángeles Maestro, Izquierda Unida no hace ninguna referencia al tabaco en su programa electoral. Más allá de lo imprevisible, Maestro recuerda las diferentes iniciativas parlamentarias que avalan la apuesta de IU a favor de toda medida restrictiva hacia el consumo, control y publicidad del tabaco en España. IU está en contra de la presencia de la publicidad en los eventos deportivos y especialmente de la "publicidad indirecta que va dirigida a los jóvenes". Maestro califica de "vergonzosa" la pasividad del Gobierno, tanto en la aprobación de las normativas europeas como "en su nulo control en la publicidad callejera".Para IU, los juicios de la industria en EE UU han demostrado la "falta de control en la elaboración del tabaco", por lo que propone un sistema de inspección propio que, al igual que en otros sectores productivos, "se analice sus sustancias y así se vigile más de cerca el mecanismo de la adicción". Maestro también denuncia la estrecha relación que hay entre el hábito de fumar y la clase social, un indicador sanitario que el ministerio ha estudiado en alguna ocasión y que demuestra que a menor capacidad adquisitiva del ciudadano y menor nivel educativo, mayor es el consumo de cigarrillos. "Las multinacionales ahora irán a por la Europa del Este y África", advierte Maestro.

Una actuación más beligerante y en la línea europea

"Llevaremos a cabo políticas de disuasión social respecto al tabaco, el consumo inmoderado del alcohol y la adicción a las distintas drogas (duras y blandas)". Ésta es la única referencia de los socialistas al tabaquismo en su ideario electoral. "Los programas son siempre muy genéricos con este tipo de problemas, pero somos realmente conscientes de que el tabaco, el alcohol y los accidentes de tráfico son las grandes áreas en las que un Gobierno debe actuar desde el punto de vista de la educación y la prevención sanitaria". Josep Coromines, portavoz adjunto del PSOE en la Comisión de Sanidad del Congreso, defiende de esta manera la escasa concreción de los socialistas en cómo abordar el tabaquismo en España durante los próximos cuatro años.Coromines es muy crítico con la labor del Gobierno del PP en esta materia: "Han prevalecido los intereses económicos sobre los sanitarios, como se demostró en 1998 cuando no apoyaron la directiva europea sobre la regularización de la publicidad del tabaco". El ministro de Sanidad mantuvo hasta el último minuto que el Gobierno español apoyaría la medida, pero al final se abstuvo.

El PSOE, que pide una mayor rapidez en la trasposición de la directiva en España, promete ser más beligerante en "la limitación de los intereses de las multinacionales", y apuesta por reforzar las campañas de prevención.» LOS PARTIDOS

Medidas preventivas, pero sin molestar a la industria

El Partido Popular, como la mayoría de las formaciones políticas, oferta un programa electoral poco sensibilizado hacia el tabaquismo, asunto que, sin embargo, es clave para el sistema sanitario por su alto coste humano y económico. Sus propuestas de actuación apuntan de manera genérica a la necesidad de "realizar actuaciones preventivas" y, más específicamente, propone aplicarlas de manera intensiva entre los más jóvenes.Enrique Bellido, presidente de la Comisión de Sanidad del Senado durante esta legislatura, entiende que "la prevención es el único camino, y no las imposiciones". Es decir, el PP renuncia a ser beligerante con los fumadores y con la industria tabacalera. En este sentido, Bellido muestra su preocupación por la próxima desaparición, tal como señala la última directiva europea, de los "intereses cruzados" entre las tabacaleras y el mundo del deporte: "Nosotros defendemos la publicidad responsable, pero hay que tener en cuenta que el dinero del tabaco también ayuda a fomentar hábitos saluda-bles como la práctica deportiva".

Dentro de las medidas preventivas que defiende, el PP promete seguir influyendo en los profesionales del Sistema Nacional de Salud en la lucha contra el tabaco y, en cualquier caso, advierte de que acatará toda legislación europea sobre su regulación. "Pero hemos de ser tolerantes con el consumidor", dice Bellido.

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