Espías taiwaneses, ejecutados en China por errores de su Gobierno
Cuando tres misiles chinos cayeron al mar hace cuatro años cerca de Taiwan, el ministro de Defensa taiwanés hizo una declaración para calmar a sus ciudadanos más aprensivos: los misiles no estaban armados y sus cabezas sólo contenían un mecanismo para determinar su precisión.Esas manifestaciones, según reconocen ahora fuentes taiwanesas, fueron un grave error, porque alertaron a los servicios de seguridad chinos de que alguien en su cúpula militar estaba espiando para Taiwan. Una profunda investigación sobre el asunto, cuyos detalles se han conocido esta semana, acabó el pasado mes de agosto con la ejecución del general chino Liu Liankun, de 58 años; de su amante, y del coronel Shao Zhengzhong, de 56 años. Gracias a esta investigación, otros casos de espionaje salieron a la luz, dañando la capacidad de Taiwan de infiltrarse en su poderoso vecino.
El descubrimiento de la red de espionaje se agravó todavía más porque, según se ha conocido ahora, fueron diversos errores burocráticos los que impidieron que los agentes de espionaje de Taiwan pudieran sacar de China al general Liu antes de que comenzara la investigación, lo que podría haber salvado su vida y la de otros espías. "Cometimos dos errores en el caso", reconoce un alto funcionario del Gobierno taiwanés; "deberíamos haber usado otros métodos para tranquilizar a la población y deberíamos habernos movido más deprisa con el visado del general".
Un objetivo fácil
Liu gozaba de una buena posición para poder facilitar información a Taiwan, considerada por el régimen comunista chino como una provincia rebelde, sobre la capacidad militar china. El general fue contactado por agentes taiwaneses durante una estancia en Hong Kong en 1990, y, según las fuentes, era un objetivo fácil, porque sentía que había sido erróneamente implicado en un escándalo de corrupción en el Ejército, por lo que le había sido negado un ascenso y se le había multado con 1.250 dólares (210.000 pesetas). Su amante, una mujer de nacionalidad china cuya identidad no ha sido desvelada, actuó como mensajera transfiriendo fondos a la cuenta del general.
Fue Liu quien reveló que los tres misiles disparados por los militares chinos llevaban cabezas falsas. Los misiles fueron disparados el 8 de marzo de 1996, dos semanas antes de las primeras elecciones presidenciales directas en Taiwan, ganadas por Lee Teng-hui, como parte de unas maniobras destinadas a disuadir a los votantes taiwaneses de apoyar a algún líder independentista.
Diplomáticos occidentales y fuentes taiwanesas aseguran que Taiwan todavía mantiene una elaborada y eficaz red de espionaje dentro de China, aunque últimamente Pekín ha tenido éxito frenando el alcance de su espionaje. Y las malas noticias para los servicios de espionaje taiwaneses lo son también para su aliado Estados Unidos, que mantiene una gran confianza en sus informaciones.
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