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Elecciones 2000

El PSOE exige a Aznar que investigue si hay una trama de subvenciones en Trabajo

PSOE e IU quieren que José María Aznar investigue "si hay alguna organización que actúa irregularmente en el Ministerio de Trabajo", tal como sospecha el líder socialista, Joaquín Almunia, tras descubrirse el caso Aycart, que ha desencadenado la renuncia inmediata de Manuel Pimentel. Ambas formaciones pedirán la convocatoria de la Diputación Permanente del Congreso para que comparezca el presidente del Gobierno. "No admito lecciones del PSOE, que tuvo un cero patatero en asunción de responsabilidades", replicó Aznar, quien asumió como suya la política social que venía desempeñando Pimentel.

La fulminante dimisión del ministro de Trabajo, Manuel Pimentel, está llamada a centrar la campaña electoral en los próximos días. Al menos ésta es la intención de los partidos de oposición. La forma en la que Pimentel ha llevado a cabo su renuncia a continuar en el Gobierno de Aznar, a sólo veinte días para las elecciones del 12-M, ha alimentado en la oposición todo tipo de argumentos para atacar al Ejecutivo.Por un lado, se lanzan sugerencias en voz alta sobre la posibilidad de que haya más asuntos en el Ministerio de Trabajo, además del caso concreto del director general de Migraciones, Juan Aycart, cuya esposa participa al 50% en una empresa que ha obtenido 2.000 millones de pesetas en subvenciones del Inem (Instituto Nacional de Empleo). A esta tesis, alentada sobre todo por el PSOE, se une el argumento político de crítica al Gobierno, sostenido por sindicatos y por los demás grupos políticos, de que el carácter centrista y sensible a una política social firme de Pimentel habría chocado desde hace tiempo con la filosofía de los restantes miembros del Gabinete.

El primer paso del PSOE e IU es presionar para que se reúna la Diputación Permanente y el presidente Aznar ofrezca explicaciones. Las posibilidades de reunir al órgano de gobierno de las Cámaras parlamentarias cuando están disueltas son escasas ya que el presidente del Congreso muy bien puede atenerse a la letra de funcionamiento de ese órgano, cuya convocatoria está prevista para casos de catástrofe nacional.

Los fondos públicos

Pero la oposición lo pedirá. "Aznar tiene que explicar qué pasa en el Ministerio de Trabajo con la gestión de los fondos públicos, porque desde que nombró ministro a Javier Arenas, siendo entonces Pimentel su más directo colaborador, parece que se han utilizado algunos cargos públicos para llevar a un bolsillo privado dinero de los presupuestos", dijo Almunia en un encuentro informativo en la sede de su partido en Madrid. "Aznar tiene que dar cuenta si hay más casos que el de Juan Aycart. Sus referencias daban la impresión de que el líder socialista estaba hablando de "una trama" y así se le preguntó. "Cuando hay empresas privadas que se benefician de fondos públicos, claro está que implica que hay algún montaje", respondió.

Sobre la asunción de responsabilidades, Almunia pregunta por qué dimite Pimentel y no Arias-Salgado, o en su día Loyola de Palacio, o Josep Piqué", cuando todos están salpicados por asuntos "igualmente graves".

La otra vertiente de la crisis por la que discurre la crítica de la oposición parte del "descontento", "desencuentro" e "incomodidad" de Pimentel en un Gobierno con distinta sensibilidad social a la suya, según PSOE, IU, CiU, PNV y sindicatos. Almunia se apoya en la defensa de Pimentel de la Ley de Extranjería, la que ahora quiere cambiar el PP si gana las elecciones, y las distintas posiciones del dimitido con los demás miembros del Gobierno en los sucesos de El Ejido.

El candidato de IU, Francisco Frutos, abundó en esta tesis. "Hay otros asuntos de fondo que han forzado esta dimisión", en alusión a la pugna en el PP de los partidarios de posiciones "más centristas y más sociales" y las "más de derechas". Para el cabeza de lista de CiU, Xavier Trias, no hay duda de que la dimisión de Pimentel indica que ese ministro "estaba incómodo con una derecha como la que representan Aznar y Piqué". También el portavoz del PNV, Iñaki Anasagasti, insistió en la explicación del choque de Pimentel con "el derechismo" de Aznar.

"Buenos equipos"

El presidente del Gobierno intuyó que las críticas iban a ir por ese camino y ayer aprovechó un mitin en Toledo para dejar claro que la política de Pimentel, como la de todos los ministros, la ha marcado él. Aznar presumió respecto a la unidad de su Gobierno y sobre su capacidad personal "para crear buenos equipos" y de "dar responsabilidad a las personas, ofrecerles confianza, y a correr". "Por eso elegí un equipo económico y social de gente brillante", dijo Aznar, que citó al ministro de Economía, Rodrigo Rato, y al primer titular de Trabajo, Javier Arenas.

De Pimentel dijo que "ha sido un buen ministro", y de Juan Carlos Aparicio, que hoy tomará posesión de su cargo, que "va a seguir haciendo esa tarea". Aznar quiso ilustrar la pertenencia de Aparicio al mismo equipo de Arenas y Pimentel al resaltar su gestión en la Seguridad Social, de la que ha sido hasta ahora secretario de Estado. Calificó a Aparicio como a "otro del equipo, con coraje, con decisión y confianza, y que no viene con muchas deudas debajo del brazo porque en cuatro años hemos pasado de una Seguridad Social en quiebra a otra equilibrada y saneada".

También insistió en que Aparicio continuará no sólo con la política social de Pimentel, sino con la de diálogo con los sindicatos, que ha prestigiado la trayectoria del ministro dimitido el sábado. "Con Javier, con Manolo, y ahora con Juan Carlos, se va a mantener la capacidad de diálogo".

Aznar eludió referirse públicamente al malestar que le ha ocasionado el modo inédito en que Pimentel ha dimitido: le notificó su dimisión después de que ya la hubiera anunciado públicamente en una rueda de prensa.

Desde La Moncloa se achaca esa actitud de "quiebra de la confianza" de Pimentel a razones personales. Ayer recordaban que esta reacción tiene un precedente cuando el 11 de enero Pimentel anunció, también sin advertir previamente a Aznar, que no se presentaría como cabeza de lista por Córdoba a las elecciones del 12 de marzo.

También se estima que Pimentel no tuvo valor de planteárselo previamente a Aznar por temor a que éste le hiciera dar marcha atrás para no perjudicar al partido, que está a sólo tres semanas de las elecciones.

En La Moncloa no quisieron entrar en la hipótesis que apunta la oposición de que la dimisión de Pimentel esté vinculada al descubrimiento de una trama organizada. Sí se admitía que le ha afectado íntimamente la quiebra de la confianza de su exjefe de gabinete Juan Aycart. No obstante, Aznar aprovechó ayer la dimisión de Pimentel para lanzarla contra el PSOE. "Que quede muy claro que en esta materia no voy a admitir lecciones de nadie y menos de los socialistas, que obtuvieron cuando gobernaron un cero patatero".

Con el nombramiento de Aparicio por el procedimiento de urgencia y con la imagen de continuidad, José María Aznar trató de disipar el fantasma de una crisis de Gobierno y de la quiebra de su unidad por disensiones en materia social.

Mientras los partidos insistían en que la dimisión de Pimentel se debe a sus diferencias con Aznar, el PP se empeñaba en destacar la "dignidad" del dimitido, y en comparar su rápida asunción de responsabilidades con la, a su juicio, pasiva reacción del PSOE ante los casos de corrupción que jalonaron su última legislatura (1993-96).

El secretario general de los populares, Javier Arenas, criticó el "extraordinario cinismo" de los socialistas: "Todavía hay altos cargos socialistas respondiendo ante los tribunales, que nunca asumieron responsabilidades políticas", dijo ayer. El ex ministro, a cambio, dijo no tener la más mínima responsabilidad en el caso Aycart. "Le he considerado [a Juan Aycart] una persona diligente y un funcionario competente con el que yo no tenía ninguna relación de confianza, por lo que no tengo ninguna responsabilidad política en este asunto".

Alcaraz emplaza a Arenas

Arenas, sin embargo, fue acusado directamente por Felipe Alcaraz, portavoz de IU en el Congreso, de ser "responsable en la misma manera" que Pimentel, porque la corrupción "ha estado dándose en los últimos cuatro años". Arenas fue ministro de Trabajo desde mayo de 1996 hasta enero de 1999. Alcaraz emplazó a Arenas a dar explicaciones "inmediatamente" y aludió a las desavenencias entre Pimentel y el Gobierno como causa real de su retirada: "Pimentel y Amalia Gómez y sus políticas centristas a favor de la Ley de Extranjería han quedado desasistidos en el PP frente a la postura de Arenas, Mayor Oreja y Rodrigo Rato".

"Pimentel se equivocó al creerse lo del centro", afirmó el secretario de Política Municipal del PSOE, Alfonso Perales, otro de los que se refirió a las divergencias sobre la Ley de Extranjería y El Ejido. El responsable del programa socialista, Juan Manuel Eguiagaray, felicitó a Pimentel por su "dignidad" y repitió que "fue desautorizado por Aznar y Rato".

El más contundente en expresar la confrontación y "nula sintonía" entre el exministro y su Gobierno fue Cándido Méndez, secretario general de UGT: "A Pimentel, el espíritu del PP le encajaba igual que a Mahatma Gandhi dos pistolas". El líder de CCOO, Antonio Gutiérrez, alabó a Pimentel por "su gran coherencia al defender que la riqueza que se está generando en España tenía que ser compatible con un mayor grado de equidad social".

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