Bruselas advierte de que las catástrofes de Baia Mare y Doñana pueden repetirse La Comisión elabora un registro sobre balsas mineras peligrosas

La Comisión Europea advirtió ayer de que la rotura de la balsa de decantación minera rumana de Baia Mare, y el vertido de cinco millones de metros cúbicos de residuos tóxicos cerca de Doñana en abril de 1998 podrían repetirse en cualquier momento y en cualquier Estado miembro de la Unión. Bruselas elabora un registro sobre los niveles de seguridad de las balsas mineras en los Quince, así como las de los países candidatos a la adhesión.

España, Italia, Portugal y Suecia tienen instalaciones similares a la rumana. La legislación comunitaria sobre accidentes industriales no cubre este tipo de catástrofe y en España el Ministerio de Medio Ambiente tampoco ha logrado sacar en esta legislatura la Ley de Responsabilidad medio ambiental que había prometido para dar cobertura a estos accidentes.Bruselas inició hace un año el análisis de la situación en la que se encuentra la legislación comunitaria sobre la gestión de residuos en la industria extractiva, ante el creciente volumen y la peligrosidad de estos residuos altamente contaminantes para ver si es necesario proponer una nueva Directiva. Los servicios implicados tenían previsto presentar en junio un informe conjunto sobre las medidas a adoptar a nivel comunitario, pero la decisión de ampliar el inventario a los países de la Europa Central y del Mediterráneo lo retrasará seis meses. Tras el desastre de Aznalcóllar, el Ministerio de Industria encargó al Instituto Tecnológico Minero la actualización del inventario de minas español que está a punto de concluirse.

La Comisión Europea empezará a trabajar la semana próxima para completar el registro. En él se recogerán los puntos sensibles en los que podrían ocurrir accidentes ecológicos similares al rumano y tendrá que servir para conocer exactamente el número y la localización de las balsas mineras que pueden ser nocivas para el medio ambiente.

"En España hubo hace dos años un accidente similar y podría volver a repetirse en cualquier otro Estado, por eso tenemos que intensificar la prevención y ver si necesitamos una legislación mucho más severa sobre los residuos mineros", declaró en rueda de prensa, Margot Wallstrom, comisaria europea de Medio Ambiente. Wallstrom visitó el jueves la zona afectada por la riada tóxica en Rumania y Hungría para conocer la magnitud del desastre y discutir con las autoridades de los dos países "las necesidades a las que se van a tener que enfrentar para la recuperación de las zonas afectadas y ver qué tipo de asistencia le puede brindar la UE". Hungría anunció ayer que pedirá el embargo judicial de los bienes de la mina rumano- australiana Aurul, origen del vertido.

Corte de abastecimientos

La semana próxima se va a crear también un grupo de trabajo integrado por expertos internacionales, que estará presidido por la Comisión Europea, para coordinar las labores en la zona. Además habrá una comisión bilateral entre Rumania y Hungría. El embajador de EE UU en Hungría, Peter Tufo ha anunciado que su país donará tres estaciones de control de calidad de las aguas.

En Turno Severon, de 180.000 habitantes, al suroeste de Rumania, se han interrumpido los abastecimientos porque el agua procedente del Danubio contiene niveles de cianuro ocho veces superiores al nivel autorizado. Sin embargo, aguas arriba, al paso del río por Viena y Belgrado no se han detectado trazas de contaminación. La compañía australiana Esmeralda, copropietaria de la mina, se felicita de que se haya creado este grupo. Además, ha enviado a la consultora NSR de Melbourne para que investigue por su cuenta.

"Todavía hay cierto riesgo" para la vida acuática en el Danubio por la contaminación del cianuro, "pero no hay peligro para la salud", declaró ayer un experto de la ONU al hacer públicos los resultados de los análisis de las aguas realizados el jueves por un equipo de esta organización.