El voto de los ayatolás

Qom es el centro teológico de Irán, la sede del seminario, una especie de Vaticano de la rama shií del islam. De allí surgen las orientaciones que guían a los shiíes de todo el mundo y, entre ellas, algunas interpretaciones del islam que, como la que motivó la prohibición de las antenas parabólicas, sorprenden al resto del planeta. En esta ciudad inundada de clérigos también hay carteles electorales y se reparten octavillas de los candidatos en los semáforos.Hay 73 aspirantes para tres escaños. Pero, frente al conservadurismo extremo, el voto del clero también se encuentra dividido. "Es cierto que los grupos de derechas tienen más predicamento entre los clérigos, pero la izquierda también está liderada por un clérigo", explica el hoyatoleslam Aghamirí, director del Centro de Información Universal Aalul Bayt.

Aghamirí, que en su tarjeta de visita incluye una dirección de correo electrónico, no revela a quién va a votar hoy, aunque de sus palabras se desprende que sus simpatías personales están con Jatamí. "Este régimen es una mezcla de religión y política", explica ante la mirada atenta de uno de sus colaboradores, el hoyatoleslam Amirabadí. "Para nosotros, el islam es una forma de unirnos al mundo en nuestros propios términos", añade este último.

Aunque muestran algunas discrepancias políticas, ambos defienden la libertad de elección. "El papel del clérigo es de modelo y guía para los ciudadanos", explica Aghamirí. "Tal como dijo Jomeini, 'la última palabra la tiene el pueblo", dice Amirabadí.

Unas calles más allá, en la Asamblea Mundial Aalul Bayt, el hoyatoleslam Mohsén Rabbani, va más lejos y subraya la necesidad de que la sociedad sea liderada por el clero. "En el referéndum que aprobó la República Islámica, el 98% de los ciudadanos aceptó el velayat-e faguih [liderazgo del jurisconsulto]", justifica en un castellano con ligero acento suramericano.

Más información: www.aalulbayt.org