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La Audiencia de Lleida juzga a un hombre por agresión sexual contra una joven, y a ésta por intento de homicidio

Una joven de 18 años de Les Borges Blanques (Les Garrigues) compartió ayer el banquillo de los acusados con el hombre que supuestamente intentó violarla en un coche, aunque no consiguió su propósito porque la mujer se defendió clavándole una navaja que llevaba en el bolso. El cruce de denuncias los ha convertido a ambos en acusado y víctima a la vez. Él se enfrenta a una pena de dos años y seis meses de prisión por un delito de agresión sexual y ella afronta otra de cuatro años por el de tentativa de homicidio.Los hechos que se juzgaron ayer en la Audiencia de Lleida ocurrieron el 3 de octubre de 1998 de madrugada. Aquel día, Antonio Manuel O. H., vecino de Montblanc (Conca de Barberà), subió al coche a Ana Belén C. R., que hacía autostop en la carretera N-240, y se ofreció a llevarla hasta Lleida.

Según la versión de la joven, antes de llegar a Les Borges Blanques el conductor se desvió por un camino con el pretexto de que tenía ganas de orinar. En aquel momento, la joven empezó a sospechar cuáles podían ser las verdaderas intenciones del automovilista, que detuvo el coche en un descampado a 300 metros de la carretera principal. La joven relata que pronto pudo comprobar que sus sospechas no eran infundadas: el acusado no sólo no salió del coche para orinar, sino que cerró las puertas y le propuso mantener relaciones sexuales. Ana Belén C. R. se negó y dejó claro que no estaba dispuesta a acceder a sus deseos, pero él insistió y le dijo, según la versión de la joven, que no lo tendría fácil para impedírselo. En cuestión de segundos, mientras ella intentaba salir del coche, el acusado se abalanzó sobre la joven y le empezó a tocar las piernas y los pechos. Durante el forcejeo, Ana Belén C. R. sacó del bolso una navaja y se la clavó en el pecho.

La joven pudo escapar corriendo y, después de deambular durante cuatro horas, pudo llegar a Les Borges Blanques y pedir ayuda a una amiga. Estaba muy nerviosa y asustada por las consecuencias de su acción.

Mientras tanto, el conductor pudo llegar hasta el cuartel de la Guardia Civil, donde denunció que una mujer lo había intentado matar. Los médicos que le atendieron dijeron que hubiera podido morir desangrado.

En la vista celebrada ayer en la Audiencia de Lleida, el vecino de Montblanc cambió la declaración inicial sobre los hechos que había efectuado ante la Guardia Civil y el juez instructor, ante quienes reconoció que en el mismo momento en que subió la joven a su coche él pensó en la posibilidad de tener una aventura amorosa con ella. Sin embargo, en la vista de ayer se desdijo y explicó que la joven se puso tan nerviosa cuando le dijo que iba a parar que lo apuñaló sin ningún motivo.

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