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Elecciones 2000 Andalucía

El crecimiento económico no tira de la renta

Andalucía creció en la última legislatura más que la media europea y española y redujo en seis puntos la tasa de desempleo

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En los últimos cuatro años Andalucía ha protagonizado un proceso de crecimiento económico continuado sin parangón, arrastrada por una situación de bonanza generalizada en Europa. De acuerdo a la regla que establece que las economías menos desarrolladas, y por tanto más sensibles, tienden a crecer más en etapas expansivas y a sufrir peores consecuencias en períodos de crisis, las magnitudes macroeconómicas reflejan que este crecimiento continuado ha sido superior en Andalucía a la media española y europea.Según datos de la Consejería de Economía y Hacienda, el Producto Interior Bruto (PIB) regional ha crecido desde 1996 un 16,9%, 2,4 puntos más que el español y 9,6 puntos más que el europeo. Los especialistas coinciden en apuntar que el ciclo aún se prolongará al menos dos años más.

El presidente de Unicaja, Braulio Medel, sostiene que existe una relación directa entre el desarrollo autonómico y el económico, y apunta que entre 1985 y 1998 el crecimiento fue 9,3 puntos superior al del conjunto de España, rompiendo así una tendencia de pérdida progresiva de peso de Andalucía en la economía nacional desde la década de los cincuenta.

Medel explica que el modelo político autonómico ha hecho que el sector público tenga una mayor presencia en el territorio, pero también ha favorecido que la sociedad tenga mayor conciencia de sus posibilidades y exista una mejor valoración de las actuaciones empresariales. Además, explica que la apertura de mercados que ha supuesto la integración en Europa ha sido muy beneficiosa para una región a la que tradicionalmente han perjudicado los regímenes proteccionistas y autárquicos.

El crecimiento económico de los últimos años ha permitido corregir de forma sensible, aunque no suficiente, uno de los tradicionales problemas estructurales de la economía andaluza: el empleo. Según la consejera de Economía y Hacienda, Magdalena Álvarez, "el modelo de crecimiento andaluz es intensivo en el uso del factor empleo". Los diferenciales en este caso son aún más amplios. El empleo en Andalucía ha crecido un 19,6% desde 1996, 4,8 puntos más que en el conjunto de España y 16,5 puntos más que en Europa. La Encuesta de Población Activa del primer trimestre de 1996 señalaba una tasa de paro en Andalucía del 32,8%. En el último trimestre de 1999 era del 26,8%. La tasa de actividad ha crecido dos puntos en ese periodo y es ahora del 49,8%, cuando la española es del 50,6%. Y ello a pesar de que la población mayor de 16 años ha crecido más en Andalucía (3,7%) que en el conjunto del país (2,2%). En Andalucía se han generado en los últimos cuatro años la quinta parte de los puestos de trabajo creados en España. José María Martín Delgado, uno de los redactores del programa socialista, señala que "en la próxima legislatura se van a crear en Andalucía 300.000 empleos; vamos a invertir 2,5 billones de recursos propios".

Pese a los datos, el presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA), Rafael Álvarez Colunga, reconoce que el desempleo sigue siendo un "grave problema estructural" de la economía regional y que "no se puede hablar de auténtico desarrollo económico y social mientras el desempleo afecte a tan amplias capas de nuestra sociedad". El secretario de Economía de Izquierda Unida, Javier Navascués, apunta que "han aumentado los desequilibrios territoriales en Andalucía" y que el crecimiento "no se ha utilizado para aumentar las rentas del trabajo".

La patronal entiende que el revulsivo pasa por facilitar una mayor iniciativa privada (no aumentar impuestos) y por un cambio de mentalidad "a fin de que se promueva la iniciativa emprendedora entre los jóvenes". Mientras esta cultura empresarial no arraigue no habrá economía productiva, según la Álvarez Colunga.

En la misma línea se manifiesta el PP. Juan Ramón Casero habla de "cambio de rumbo, para potenciar las iniciativas empresariales de jóvenes emprendedores, para no dejar todo a la actuación de las administraciones públicas". El planteamiento del PSOE no es muy diferente en este punto. Martín Delgado se refiere a "otro modelo de crecimiento, con la incorporación de jóvenes emprendedores a la sociedad de la información y las nuevas tecnologías, sin la rémora para la sociedad de una reconversión industrial".

Sin embargo, el crecimiento económico de Andalucía tiene también importantes peros. Aunque el aparato productivo ha aumentado y ha crecido la competitividad, apenas se ha ganado productividad. El diferencial con la media nacional es de 10 puntos, sólo dos puntos menos que en 1985. Una de las razones que apunta Braulio Medel para explicar este hecho es que los dos sectores clave de la economía andaluza, la agricultura y el turismo, se caracterizan por una escasa productividad.

La agricultura tiene aún un peso muy importante en el PIB, en torno a un 11% -similar al turismo-, más que ninguna otra comunidad autónoma, y se trata de un sector muy dependiente de factores aleatorios (principalmente el clima) que sigue requiriendo importantes transformaciones.

Pero, sobre todo, el crecimiento del PIB no ha producido una convergencia real en cuanto a las rentas de los andaluces, debido al ritmo de crecimiento de la población. El nivel de renta de Andalucía es el 57% de la media de la Unión Europea, y ha crecido tres puntos respecto a 1993, ocupando el penúltimo puesto del ránking nacional tras Extremadura. Juan Ramón Casero, portavoz de Presupuestos del PP, señala que "entre 1985 y 1998 la renta per cápita de Andalucía aumentó un 8%, mientras que en el mismo período España creció tres puntos más".

El andalucista Javier Aroca sostiene que "la ausencia de un poder político andaluz impide que exista un poder económico real" y sugiere que los presupuestos autonómicos sirvan "como dinamizador de decisiones estratégicas" de una economía que arrastra importantes deficiencias estructurales y falta de iniciativa privada.

Andalucía es una de las seis comunidades autónomas en las que no se ha apreciado ningún acercamiento real al nivel medio de PIB per cápita europeo. Según Francisco Villalba, director de Analistas Económicos de Andalucía, el proceso de convergencia real no está influido por el nivel de renta inicial, de forma que tanto en el caso de economías regionales o nacionales donde sí se ha producido partían de niveles de renta muy bajos o muy altos.

Villalba asegura que los datos comparativos de los países de la UE evidencian que la convergencia real es posible para las regiones o países más atrasados (Irlanda es el ejemplo paradigmático), pero que, "en contra de los postulados de las teorías de la integración, no todos los países o regiones que parten de bajos niveles de renta experimentan convergencia real".

Patronal, PSOE y PP apuestan por fomentar la iniciativa emprendedora entre los jóvenes

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