Los vecinos del Hospital Clínico crean una plataforma contra el problema del ruido

Hartos de soportar un nivel de ruidos muy superior al normal y del poco caso que el Ayuntamiento de Barcelona hace a sus reclamaciones, vecinos del área de influencia del Hospital Clínico, apoyados por la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona (FAVB), han gestado una plataforma para impulsar medidas que suavicen su problema. Una de ellas es la creación de una supermanzana alrededor del Clínico en la que proponen segregar un carril de uso exclusivo para vehículos de urgencia. La protesta se hará patente en los balcones con pancartas.

"Tan acostumbrados están muchos vecinos al continuo ulular de las ambulancias y de los bomberos que han asumido que es algo normal. Que no tiene remedio. Pero lo cierto es que la situación no es sostenible y es necesario mejorarla porque influye en la calidad de vida y la salud de todos los residentes. El nivel de ruido está causando problemas de salud", cuenta Teresa Catalán, una de las impulsoras de la plataforma que se constituirá a finales de este mes. La plataforma reunirá a los vecinos de esa zona del Eixample, la FAVB, la asociación Amigos de la Bici y la Asociación Catalana contra la Contaminación Acústica y a expertos en movilidad como Olle Thorson.La Asociación de Vecinos de la Izquierda del Eixample celebró una asamblea el pasado jueves en la que decidió, entre otras cosas, pasar a la acción para que su protesta sea visible. Lo harán colgando pancartas en los balcones. No cortarán el tráfico de las calles "porque es algo que no es conveniente", cuenta la portavoz del movimiento. Mientras, ya han repartido 7.000 folletos por el barrio para que los residentes tomen conciencia.

La batalla contra el ruido en la zona del Clínico la inició un puñado de personas hace unos dos años. Desde entonces han tratado que los responsables municipales tuvieran en cuenta sus quejas. "No hemos pasado de las buenas palabras y de algunas reuniones. Pero soluciones, nada", cuenta Teresa Catalán. En octubre de 1998 se llegó a firmar un convenio de colaboración por el que los conductores de las ambulancias y los bomberos se comprometían a no utilizar las sirenas entre las 22.00 y las 7.00 horas. "Pero eso no se cumple y las ambulancias siguen entrando y saliendo del Clínico utilizando las sirenas", explica Teresa Catalán. Lo cierto es que basta contemplar un rato lo que ocurre en la esquina de Casanova y Còrsega para comprobar que el uso de las sirenas es prácticamente sistemático.

Desde el Ayuntamiento se insiste en que la Guardia Urbana ha realizado varias campañas para advertir y sancionar el uso indebido de las sirenas y que se han efectuado muy pocas sanciones, según un portavoz.

El movimiento de vehículos de urgencia es constante en la zona de influencia del Clínico, unos 600 movimientos diarios. El panorama es peor, si cabe, desde hace unos meses con las obras de reurbanización de la calle de Casanova, por un lado, y las del propio hospital, en la calle de Villarroel.

"Creemos que hace falta pacificar todo el entorno comprendido entre las calles de Provença, Rosselló, Mallorca, Villarroel y Còrsega. Proponemos que esas calles tengan un carril de urgencias y que se coloquen espejos en las esquinas. Puede ser una forma de que tanto las ambulancias como los bomberos no tengan que poner las sirenas en marcha al menor impedimento con el que se encuentran", argumenta la portavoz del movimiento vecinal.