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Los inmigrantes marroquíes desconvocan el paro tras sacar adelante todas sus reivindicaciones

Los inmigrantes marroquíes volverán hoy a trabajar en El Poniente almeriense tras aprobar ayer, prácticamente por unanimidad, el acuerdo suscrito el día anterior para acabar con la huelga que iniciaron el martes pasado por miedo a los disturbios raciales y que derivó en una protesta laboral y social en respuesta a las agresiones. Los braceros norteafricanos han impuesto todas sus reivindicaciones e incluso han alcanzado algunas nuevas. No obstante, el paro se desconvoca de modo provisional y el día 25 se reunirá una comisión de seguimiento para analizar el cumplimiento de los puntos pactados.

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De momento, sin embargo, en esa zona almeriense el conflicto parece casi solventado. Los trabajadores marroquíes invirtieron toda la noche y la mañana de ayer en difundir el acuerdo conseguido y en recoger las opiniones de sus compañeros en las asambleas realizadas en toda la comarca. Para ello tradujeron el texto al árabe y lo fotocopiaron miles de veces. Antes de votar, todos debían conocerlo y tomar conciencia de que los nueve puntos que llevaron a la mesa de negociación han sido aceptados y que la Junta de Andalucía se ha comprometido a que se cumplan. Lo suscriben los empresarios almerienses (Asempal), los sindicatos UGT y CC OO, Almería Acoge, la Comisión de Inmigrantes de El Ejido, la Asociación de Trabajadores Inmigrantes Marroquíes en España (ATIME), las organizaciones agrarias UPA, ASAJA y COAG, los exportadores de Ecophal y la Asociación El Wahda.Los mismos piquetes que hasta el viernes recorrieron los invernaderos para impedir que se trabajase en la recogida del pimiento y el pepino, en plena temporada, se encargaron esta vez de informar a los miles de magrebíes desperdigados o escondidos en cortijos dispersos.

La última de las asambleas se celebró a las mismas puertas de la comisaría de El Ejido, muy cerca del lugar donde un vecino de la localidad recibió en la misma madrugada de ayer una paliza por parte supuestamente de tres norteafricanos que habrían intentado robarle. Los marroquíes condenaron este suceso y mostraron su temor a que, de nuevo, se encresparan los ánimos. Pero finalmente no hubo más incidentes en un pueblo repleto de policías y guardias civiles.

Mustafá Ait-Korchi, cuya obstinación en la negociación del preacuerdo, el jueves, casi hizo saltar la mesa, quiso participar en la reunión, pero fue apartado por un grupo de compatriotas suyos, que no quisieron que la capitalizara tras su actitud "negativa" anterior. "La mesa que ha firmado los acuerdos no es representativa, por lo que no son válidos. Ya veremos cómo en menos de un año estamos en las mismas", declaró, contrariado, Ait-Korchi.

Los aplausos certificaron el final de la huelga. Así, se espera que a partir de hoy los inmigrantes sin puesto fijo vuelvan a apostarse en los clásicos lugares de recogida (hawkef en árabe) por parte de los agricultores en sus furgonetas. El 90% de los de El Ejido votó a favor de regresar a los invernaderos y en Vícar y La Mojonera lo hicieron el 100%, según Omar Hartiti, portavoz de una de sus comisiones.

Pero los marroquíes insistieron en que la desconvocatoria del paro es condicional y que el día 25 podrían volverse atrás. "Los tres primeros puntos son innegociables y tienen que estar resueltos antes de ese día. El realojamiento de los que están en la calle es urgentísimo. Respecto a los demás tienen que haberse iniciado al menos los trámites para su cumplimiento", subrayó Kamal Rahmouni, responsable en la zona de ATIME.

José Luis Sánchez, responsable nacional de CC OO, ratificó: "La mayoría quiere volver al trabajo, pero también ver que las cosas empiezan a hacerse ya". Sánchez considera que dos gestos pueden contribuir a que la normalidad se restaure con rapidez: la llegada de las carpas para alojar a los damnificados por los disturbios y el inicio de la reconstrucción de la mezquita.

El sindicalista hizo estas declaraciones tras conocer los primeros obstáculos con los que tropieza el acuerdo: las cuatro carpas de realojamiento no habían llegado anoche y la corporación municipal de El Ejido, presidida por Juan Enciso (PP), se mostraba contraria a ceder suelo (unos 6.000 metros cuadrados) para la construcción de las viviendas sociales previstas con el argumento de que ni conoce el acuerdo ni acepta imposiciones.

"Este alcalde no se da cuenta de que es peligrosísimo lo que llega a hacer por un puñado de votos", se indignó Rhamouni. "Las administraciones tienen que responder y no dejar la responsabilidad de todo en los sindicatos y los empresarios", concluyó Sánchez.

Por otra parte, representantes de la mayoría de las mezquitas catalanas reivindicaron en Terrassa (Barcelona) "que impere la ley, pero la ley con un solo lenguaje", y criticaron a las administraciones por su pasividad en la protección de los inmigrantes de El Ejido.

Y el Consejo de la Unión Europea estudiará esta semana, a petición del Grupo Parlamentario Socialista español y del francés, la puesta en marcha de "iniciativas comunitarias innovadoras" en zonas con muchos inmigrantes, como El Ejido, con el fin de evitar reacciones racistas de la población local. El eurodiputado socialista y escritor francés de origen magrebí, Sami Naïr, tildó de "apartheid" y "esclavitud" la situación en la que viven los emigrantes en los campos de cultivo de Almería.

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