Borrell asegura que la desigualdad crece porque la política no controla la economía

El número dos de las listas por el PSC al Congreso, Josep Borrell, afirmó ayer que "la desigualdad crece porque la política no controla la economía". El dirigente socialista, que intervino ayer en la Escuela de Invierno de Tarragona, señaló que "en economía no se puede ser socialista y liberal", y animó a los asistentes a plantear políticas valientes deshaciendo el binomio socialismo-liberalismo. Borrell aseguró que el papel de los socialistas en una economía globalizada como la actual pasa por defender los beneficios colectivos, sin obviar la importancia de los particulares.

En el mismo acto, el primer secretario de los socialistas catalanes, Narcís Serra, defendió a capa y espada el pacto autonómico ofrecido por Almunia a los populares, cuyo rechazo identificó como una falta de programa del PP y su voluntad de sustraer a los ciudadanos de un verdadero debate político "que es lo que debería ser una campaña electoral".El que fuera candidato por los socialistas a la presidencia del Gobierno, Josep Borrell, demostró nuevos bríos en un discurso encaminado a dejar bien sentados sus postulados: los socialistas no deben entrar en el juego del mercado que pretende erigirse en la razón de ser de las democracias actuales, lo que puede suponer la desaparición de la esencia de las mismas y de los propios partidos políticos. "Las democracias no deben convertirse en un único ejercicio de voto cada equis tiempo y sustraer a los ciudadanos del debate político", aseguró.

Los socialistas pues, a su juicio, no pueden permitirse el lujo de manifestarse como liberales cuando hablan de economía, aunque sí en el terreno político, y su papel debe circunscribirse a convertirse en los garantes de la primacía del debate democrático por encima del mercantilista, basado únicamente en la dicotomía de costes y beneficios.

Borrell alertó contra aquellos que están abandonando el discurso de los beneficios colectivos frente a los particulares, aunque, puntualizó, estos últimos no pueden obviarse en tanto en cuanto su papel como motor económico es imprescindible. El número dos de la lista socialsita por Barcelona hizo un llamamiento a una nueva revolución cultural de la izquierda encaminada a una revisión de sus propuestas, en un mundo, recordó, "en el que tres personas poseen el equivalente al PIB de 48 países". A este respecto recordó que el discurso basado en el crecimiento económico no es más que un disfraz. "Cuando yo tengo un accidente, el PIB crece por el trabajo de mecánicos y hospital, pero a mí mucha gracia no me hace", y reiteró nuevamente la necesidad de que la democracia, so peligro de desaparición, no se convierta en un instrumento al servicio del mercado como parece que puede suceder en la actualidad.

Iglesia envejecida

Iglesia envejecida Borrell criticó "el socialismo antiguo" señalando que la Internacional Socialista es "una iglesia envejecida con ritos que suenan como la iglesia católica antes de que dejara de utilizar el latín". En su opinión la Internacional Socialista no ha estado a la altura de su papel en los últimos años. El ex ministro de Obras Públicas afirmó que "el socialismo real ha sido un enorme fracaso porque el ideal en sí mismo era falso". En este sentido "la sociedad y economía sin pluralidad no pueden llevar a ningún sitio. Al negar la libertad no se contruye igualdad", afirmó.

Por su parte, el primer secretario del PSC, Narcís Serra, defendió la relectura de la Constitución española, aunque añadió que ésta debía ser consensuada. "Hay que partir del hecho de que la Constitución fue un pacto y por eso está abierta a modificaciones, siempre y cuando sean consensuadas", afirmó. Narcís Serra también consideró inmodificable el Estatuto de Autonomía catalán si no se hace con el acuerdo de los ciudadanos mediante un referéndum. En este sentido, el dirigente socialista consideró que un buen resultado en el Senado podría ayudar a encontrar soluciones a los problemas de autogobierno de las autonomías y de entendimiento de la realidad plurinacional de España.

En la última conferencia de la Escuela de Invierno de los socialistas catalanes en Tarragona, Serra afirmó que hay soluciones técnicas para el tema de la financiación autonómica y el federalismo cultural e incluso dijo que le gustaría que los pasaportes fueran escritos en todas las lenguas del Estado porque los españoles se darían cuenta de que somos plurales.

Problemas para Cataluña

Serra advirtió que si José María Aznar gana las elecciones del 12 de marzo cerrará el modelo del Estado de las Autonomías y vaticinó "problemas serios para Cataluña" si Aznar sigue en el Gobierno los próximos cuatro años.

El líder del PSC señaló algunos de los ejes básicos del partido socialista de cara al próximo congreso en el mes de junio. Uno de los principales será rehacer el proyecto socialista, conectándolo a la discusión europea, ya que considera que hay un proceso de convergencia entre los distintos socialismos en Europa.

En este sentido, Serra consideró que habrá que discutir temas como la redistribución y las políticas de igualdad. "El día que los inmigrantes tengan una casa normal, un sueldo normal y se integren como ciudadanos normales dejaremos de crear caldo de cultivo para el racismo", afirmó.