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EE UU invierte más de 330.000 millones en la lucha contra el ciberterrorismo El FBI sólo cuenta con 240 especialistas en la investigación de delitos informáticos

Llevan pistolas en la sobaquera y ordenadores portátiles en el maletín; leen la revista Wired y se conocen de memoria la película The Matrix, y, aunque ganan menos de lo que ganarían en cualquier empresa privada, adoran su trabajo. Son los cybercops, los 240 agentes del FBI especializados en la lucha contra delitos informáticos que esta semana se han enfrentado al mayor ataque jamás lanzado contra Internet. La Administración de Bill Clinton ha presupuestado 2.000 millones de dólares (más de 330.000 millones de pesetas) para proteger a EE UU de este fenómeno.

"Seguir la pista de los hackers [piratas informáticos] es como intentar agarrar vapor con las manos", dice Ron Dick, jefe de los policías del ciberespacio del FBI. Convertirse en hacker, añade, no es difícil: "Ataques como los de esta semana los puede desencadenar un chaval de 15 años si tiene el programa adecuado".Crecientemente preocupado por la nueva delincuencia informática, que va desde el robo en cuentas bancarias al sabotaje de sistemas de defensa, pasando por el espionaje industrial y monumentales gamberradas, el Gobierno de Bill Clinton creó en 1998 el Centro de Protección de la Infraestructura Nacional, que reúne los esfuerzos del FBI y el Pentágono, y ha presupuestado 2.000 millones de dólares para proteger a EE UU de este fenómeno. Pero los ataques de esta semana han demostrado tanto la fragilidad de Internet como la insuficiencia de medios gubernamentales. Sólo una decena de las 56 grandes oficinas del FBI en EE UU cuentan con secciones de policías del ciberespacio. Y el número de estos especialistas, 240, es una gota en el océano de los 11.639 agentes del FBI. Poca cosa frente a las 800 investigaciones de delitos informáticos en curso en EE UU, una cifra que multiplica por cuatro la de 1996. Además, cada mes aparecen más de mil virus informáticos.

Lo ocurrido esta semana no es nuevo en su técnica, pero sí en su magnitud. Una serie de ataques electrónicos paralizó algunos de los más populares portales de Internet, como los de Yahoo!, CNN, Buy.com, eBay, Amazon.com, E-Trade y ZDNet. Los asaltantes no penetraron en esos lugares, tan sólo los bloquearon por un procedimiento semejante al de efectuar miles de llamadas simultáneas a una centralita telefónica. Para ello utilizaron como vehículo los sistemas de inocentes empresas y centros educativos, como la Universidad de California, en Santa Bárbara, en los que habían introducido un programa llamado demonio, destinado a efectuar una llamada en determinado momento a una dirección de la red.

A raíz de este incidente, Clinton pidió al Congreso fondos adicionales de 37 millones de dólares para la unidad contra delitos ciberespaciales del FBI, una de cuyas mejores secciones es la de Nueva York, llamada Criminal Squad 37, o C-37. Desde una oficina camuflada de Manhattan, C-37 ya ha resuelto casos como el de un ruso de 30 años que penetró en los ordenadores del Citibank y se apropió de 10 millones de dólares, un empleado de Forbes que al ser despedido hundió el sistema informático de la revista y un robo de datos de Bloomberg News por una agencia rival.

De ser descubiertos y condenados, los piratas de esta semana se enfrentan a penas que van de 5 a 10 años de prisión, más 250.000 dólares de multa. Si el Pentágono está preocupado por lo que llama "un Pearl Harbour electrónico", la posibilidad de que un grupo terrorista o un Gobierno extranjero desactive sus redes informáticas, el FBI teme el nacimiento de una mafia electrónica. Se trataría de la aparición de una organización que ofreciera protección de los sistemas de las empresas a cambio de dinero.

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