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SANIDAD

QUIERE RECONVERTIRLO Cervera prevé cerrar el único centro para enfermos terminales de Valencia

El único centro público de Valencia que atiende a enfermos crónicos y terminales tiene los días contados. Sanidad pretende reconvertir el hospital de la Malva-rosa en exclusivamente asistencial y quirúrgico. Mientras familiares de los pacientes denuncian presiones de la dirección para que evacuen a los enfermos, Sanidad dice que "estudia" habilitar salas de crónicos en el hospital Militar y en la sede del Instituto Valenciano de Estudios en Salud Pública (IVESP).

Ante el próximo cierre de la atención a enfermos crónicos y terminales del hospital de la Malva-rosa, Sanidad señaló ayer que pretende elaborar un "estudio de necesidades" de asistencia de estos pacientes en la ciudad de Valencia. El centro situado junto al mar es el único destinado a la atención de los enfermos terminales y crónicos de la ciudad y el segundo de toda la provincia, junto al hospital Doctor Moliner, situado en Serra, a unos 20 kilómetros de Valencia.Sanidad ofrece pocos datos más respecto al "estudio de necesidades". Apunta la posibilidad de habilitar salas en el hospital Militar de Valencia e incluso en el IVESP, que ocupa el antiguo hospital Sanjurjo, situado al lado del Doctor Peset. Desde la consejería se señala que Sanidad estudia una inversión de 500 millones para habilitar salas de atención en este último recinto.

Mientras, los familiares de los enfermos que aún están ingresados en el centro de la Malva-rosa denuncian en un escrito las presiones que reciben de la dirección para que los pacientes abandonen el hospital: afirman que reciben recomendaciones de que ingresen a sus padres o hermanos en centros privados. Además denuncian la situación de hacinamiento de los pacientes, y describen salas donde se encuentran ingresados hasta cuatro pacientes junto a sus respectivos acompañantes, una situación "tercermundista" para pacientes de la gravedad de un enfermo terminal.

En el escrito, los familiares recuerdan las promesas caídas en saco roto del anterior responsable de Sanidad, Joaquín Farnós. En 1996, el entonces responsable de la sanidad valenciana prometió un ambicioso proyecto de 1.000 millones de presupuesto que, básicamente, pretendía repartir medio centenar de camas en los hospitales de la Malva-rosa y Peset Aleixandre de Valencia, el Provincial y La Magdalena en Castellón y el hospital San Juan de Alicante. La promesa se completaba con dotar a estas camas con un equipo de 25 profesionales entre médicos, enfermeras, auxiliares, psicólogos y trabajadores sociales. Hasta la fecha, no sólo no se ha aplicado este plan sino que el único compromiso firme de la consejería se limita al cierre de la actividad de crónicos y terminales en la Malva-rosa y el estudio de alternativas asistenciales en Valencia.

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